Si has decidido que tu carrera profesional pasa por la función pública deberás estar preparado para estudiar temarios de oposiciones. Y ya sabrás que se trata de una carrera de fondo que, además, posiblemente tendrás que compaginar con el trabajo. Siguiendo estos consejos conseguirás aprovechar al máximo tu tiempo de estudio.
Los errores que debes evitar
Aunque llegado a este punto ya acumulas muchos años de vida académica, estudiar oposiciones tiene sus peculiaridades. Para empezar, se trata de un esfuerzo que normalmente dura mucho más que un curso académico y además muy raramente tendrás el éxito asegurado al final.
Además, el aprendizaje memorístico puede representar un papel mucho más amplio que en gran parte de las asignaturas que cursaste. Por lo tanto, quizá los hábitos de estudio que fuiste adquiriendo deban ser actualizados y adaptados.
Hay una serie de errores que no debes cometer, porque son los que llevan a muchos opositores a menoscabar sus propias oportunidades.
- No reduzcas el tiempo de descanso. Estudiar más horas no necesariamente será más beneficioso si tu cerebro no está en condiciones para realizar el esfuerzo.
- No dejes las horas de estudio al azar. Planifica un horario que tenga en cuenta cuáles son tus horas de mayor rendimiento diario.
- No confíes en un sprint final. Comienza a estudiar las oposiciones con mucha antelación.
- No estudies en cualquier lugar. Necesitas un lugar en el que no recibas distracciones y que esté libre de ruidos.
Las mejores técnicas para estudiar temarios de oposiciones
No todas las oposiciones tienen el mismo formato, así que deberás adaptarte al de la que has escogido y elegir qué técnicas de estudio serán las que te van a ayudar más eficazmente. Ten en cuenta también tus propias fortalezas y debilidades a la hora de retener conocimientos, porque cada persona aprende de una forma diferente.
Existen diversas técnicas de estudio que puedes compaginar. A continuación, tienes cuatro realmente eficaces.
- Técnica Pomodoro. Consiste en períodos de concentración total de 25 minutos seguidos de descansos cortos de 5 minutos. Cada cuatro ciclos, debes tomarte un descanso más largo, de 15 ó 30 minutos.
- Tarjetas de memoria o flashcards. Se trata de elaborar tarjetas con preguntas por una cara y sus correspondientes respuestas por la otra. Muy útil para memorizar datos.
- Mapas mentales. Para organizar la información de temas complejos, crea diagramas que categoricen y relacionen los conceptos.
- Método Feynman. Para estudiar un tema, escribe toda aquella información que recuerdes, utilizando para ello un lenguaje sencillo. Después, explícalo en voz alta, como si estuvieras delante de alguien que no supiera nada al respecto. Por último, investiga y completa aquellas partes que habías olvidado.
Una alimentación saludable para un cerebro eficiente
No tenemos lo suficientemente asimilado el hecho de que el cerebro no es si no un órgano más de nuestro cuerpo y que su rendimiento depende igualmente de una vida sana y una alimentación adecuada. De modo que si vas a estudiar temarios de oposiciones necesitarás que el tuyo esté en forma y dispuesto a funcionar a pleno rendimiento.
De entre las vitaminas esenciales para nuestro organismo, la B es la que resulta crucial para el correcto funcionamiento del cerebro. En concreto, B-1, B-9 y B-12.
- La vitamina B-1 se encuentra de forma natural en los cereales integrales y en el pescado.
- La vitamina B-9 la obtendrás a través de la soja y las legumbres.
- La vitamina B-12 tiene como fuentes principales la carne, los huevos y los lácteos.
No olvides tampoco que los ácidos grasos omega-3 presentes mayoritariamente en los pescados azules son fundamentes para la función cognitiva y la memoria. Especialmente en el salmón, sardinas, caballa y bacalao.
Todo ello, por supuesto, dentro de una alimentación variada y equilibrada.
Por último, es muy tentador recurrir al uso de bebidas energéticas para estimularse y aguantar sesiones maratonianas de estudio. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte que su consumo excesivo puede tener “implicaciones negativas para la cognición en general, y la atención y la memoria”.
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