El médico forense es el encargado de participar en una investigación legal, aportando sus conocimientos médicos y jurídicos. En este sentido, entre sus funciones principales estarían las siguientes:
Como se puede deducir, su vinculación con los procesos judiciales es muy alta, llegando a ser una pieza básica del engranaje de una investigación. Para ello, su relación con otros profesionales específicos es esencial. Científicos de la microbiología, la química o la farmacia son colaboradores habituales en el trabajo del médico forense.
Como vemos, el perfil que debe presentar quien quiera acceder a la profesión de médico forense es muy particular. Más allá de los estereotipos generados, este profesional se caracteriza por:
Estamos, sin duda, ante un profesional de alto nivel, y encargado de una de las tareas más delicadas y rigurosas de la práctica médica. Su método de trabajo, las consecuencias de sus decisiones y su compleja condición multidisciplinar así lo atestiguan.
Para poder acceder a esta profesión es necesario cursar el Grado en Medicina. Sin embargo, una vez finalizados los estudios, se abre un abanico de posibilidades de formación. Estudiar el Grado de Criminología, o realizar estudios de postgrado de Criminología relacionada con la investigación policial o de Psicología Forense, son algunas opciones.
Igualmente, en la actualidad, la ciberseguridad o la informática forense son campos de especialización y de grandes oportunidades laborales para el forense y existen cursos al respecto.
Por último, si la intención es acceder al cuerpo de funcionarios del Estado, el médico forense debe superar las oposiciones dentro del grupo A que convoque en su momento el Ministerio de Justicia. Algunas comunidades autónomas también tienen competencias en este ámbito.
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