Los datos de la Agencia Estatal para la Seguridad Aérea (AESA) considera el manejo de drones como una nueva salida laboral. Las tareas que se pueden realizar con este tipo de aeronaves es muy amplio, desde la fotografía y grabación de imágenes hasta fumigaciones y control de cosechas.
El actual volumen de negocio supera los 15.000 millones de euros y seguirá creciendo con el paso de los años. Según AESA, actualmente hay más de 1900 operadores habilitados y 69 escuelas autorizadas. Pero, ¿qué debe hacerse antes de trabajar con un dron? Lo más importante es considerar que el don es una herramienta de trabajo y el operador es el responsable de dicha aeronave, debiendo cumplir así con la normativa. Por su parte, para la realización de actividades lúdicas no se requiere la habilitación de AESA.
En España, la actual regulación permite, entre otras actividades, la observación y vigilancia de incendios forestales, publicidad aérea, operaciones de emergencia y salvamento…
Para operar con un dron es obligatorio estar habilitado en AESA, tener el título de piloto de estas peculiares aeronaves, contar con un seguro de responsabilidad civil concreto y, finalmente, acreditar la posesión de un certificado médico en vigor del operario.
Sin embargo, también existen numerosas restricciones a la hora de trabajar con uno de estos vehículos aéreos no tripulados. Entre ellas destaca la prohibición de operar en zonas urbanas, sobre aglomeraciones de personas o cerca de aeropuertos. También está restringido el vuelo nocturno. AESA advierte que el incumplimiento de la normativa puede acarrear sanciones de hasta 4,5 millones de euros.
Todo conductor profesional de aeronaves no tripuladas necesita una licencia de piloto de las mismas obtenida en los últimos 5 años o bien poder demostrar que dispone de los conocimientos teóricos necesarios. Para ello, deberá obtener un certificado expedido por cualquier organización de entrenamiento aprobada (ATO) por AESA.
El certificado de piloto de drones está compuesto de un examen teórico que se realiza tras terminar el curso de formación de 60 horas, además de un examen práctico. A esto se le añade el certificado médico (diferente para cada tipo de dron) que incluye pruebas de orina, sangre, diabetes o daltonismo.
También conviene distinguir entre cursos normales y avanzados. El curso básico habilita al controlador a manejar la nave siempre que esté en su campo de visión. El avanzado, por su parte, permite al piloto que el vehículo escape de la vista de su operario.
El temario de los cursos suele ser muy similar al de piloto de avioneta, y están compuestos por numerosos conceptos aeronáuticos. Por ello, las parte teórica puede ser convalidada si se está en posesión del título de controlador de avioneta. La parte práctica dependerá del modelo de dron.
Las horas de vuelo son también muy valoradas por las empresas a la hora de elegir al mejor candidato al puesto de trabajo que se necesita cubrir.
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