El trabajo que realiza una doula resulta, en ocasiones, difícil de tipificar, pues su actividad varía en función de las necesidades de la futura madre. Teniendo esto en cuenta, sí podemos decir que hay algunos «lugares comunes» en todas sus intervenciones, empezando por la razón de ser de su trabajo: ofrecer apoyo y acompañamiento en las etapas de embarazo, parto y puerperio.
La figura de la doula podría asimilarse a lo que conocemos más comúnmente como coach; «acompañante», incluso. Entre otras cosas, se ocupa de recomendar libros sobre embarazo, ayudar a preparar un plan de alumbramiento, enseñar técnicas de relajación y de control del dolor, ofrecer apoyo en interrupciones del embarazo (voluntarias e involuntarias), asistir en el cuidado del recién nacido, aconsejar sobre lactancia, procesos de adopción, etc.
Para convertirte en doula no necesitas contar con ningún tipo de título oficial o certificado. No se trata de una profesión regulada, por lo que tampoco necesitas ser enfermera o matrona, aunque puede ser un buen complemento para cualquiera de estas profesiones. Eso sí, hay una condición que parece razonable pedir a las futuras doulas: haber sido madres, haber pasado por todo el proceso ellas mismas, para así conocer en primera persona las necesidades y emociones que puede tener cualquier mujer embarazada.
Además, también debes contar con conocimientos de fisiología del embarazo, lactancia, parto, puericultura prenatal y postnatal, alimentación… Por lo que, si quieres ofrecer el mejor asesoramiento, es muy recomendable que te prepares para ello y recibas formación especializada.
La profesión de doula es prácticamente una recién llegada a nuestro país. Sin embargo, cada vez son más las mujeres que solicitan su presencia en el parto, algo que, a día de hoy, muy pocos hospitales españoles permiten. Eso sí, cuando la mujer elige dar a luz en casa, la demanda de este tipo de profesionales aumenta de forma considerable.
En cuanto a sus expectativas salariales, al tratarse de un oficio no regulado, el abanico de retribuciones es muy amplio. Por la asistencia durante el momento del parto, una doula puede cobrar entre 300 y 500 €. Si se trata de sesiones o visitas puntuales, la media está en 30€/hora o 60€/visita. Para el servicio de asesoramiento postparto, cobran unos 300€. Si se trata de un acompañamiento durante la última etapa del embarazo y el parto, la tarifa puede subir hasta los 700€. Como ves, además de que éstas son sólo cifras orientativas, varían mucho en función de lo que se contrate y del acuerdo al que llegan la doula y la futura madre.
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