Me gusta la analítica web desde hace muchos años, incluso antes de saber que se podía vivir de esto. Desde 2010 me dedico a la analítica web de forma profesional, primero como consultor y luego como analista in-house. Durante este tiempo, esta disciplina ha evolucionado mucho, igual que lo ha hecho internet.
Para empezar, desde hace ya bastante tiempo la Web Analytics Association decidió cambiar su nombre a Digital Analytics Association, ya que lo que hacemos en esta disciplina va más allá de la web.
Ahora ya no analizamos webs, analizamos personas en un entorno digital.
La irrupción de las redes sociales y, sobretodo, el boom de los dispositivos móviles ha provocado un cambio total en la forma en la que entendemos y analizamos nuestros negocios digitales. Una persona ya no tiene un solo punto de contacto con nuestra empresa sino que puede tener múltiples y, además, muy distintos: puede leer un tweet sobre nosotros, recibir una notificación push en el móvil, añadir un producto a la cesta desde nuestra web, ver si hay una tienda cerca mediante su smartwatch y acabar comprando el producto en nuestra tienda directamente
Con este nuevo escenario que nos encontramos, ya no tiene sentido analizar de forma aislada nuestras webs y nuestras apps. Ahora ya no nos centramos en visitas, tenemos que pivotar hacia una visión centrada en el usuario y así entenderemos mucho mejor nuestro negocio y cómo interactúan con él.
También ha habido una evolución espectacular a nivel tecnológico. Cada vez hay más herramientas, y cada vez son más potentes, por lo que nos permiten hacer análisis mucho más precisos. Gracias a esto, ahora nos es mucho más fácil hacer análisis centrados en el usuario que hace 5 años. Además, ahora podemos saber con mucho más detalle sobre cómo llegan nuestros usuarios a nosotros, ya que no nos quedamos simplemente con la última fuente de tráfico, sino que ya tenemos modelos de atribución mucho más avanzados, que nos permiten ver como influye cada fuente de tráfico y cada campaña.
Hace unos años, hacer cambios en los códigos que usamos para medir nuestras webs (también conocidos como tags) podía ser realmente tedioso y lento. Pero ahora, gracias a tecnologías como los TMS (Sistemas de Gestión de Tags) hemos ganado una agilidad increíble, que nos permite modificar prácticamente lo que queramos sin ni siquiera hacer cambios en nuestra web. Hemos pasado de esperar semanas para tener un cambio a tenerlo en pocos segundos.
Siempre se ha relacionado mucho la analítica web con la optimización de campañas de márketing pero somos analistas y podemos influir en muchas más areas. Los equipos de UX cada vez usan más datos para hacer sus diseños: ya no vale hacer un diseño basado “solo” en buenas prácticas, los rediseños también se basan en datos del diseño actual. Lo mismo pasa con los equipos de producto: cada vez usan más datos de consumo de los productos, como pueden ser los productos más vistos o los términos de búsqueda para decidir en qué focalizar sus esfuerzos o que potenciar. Ya no se destacan solo los productos o las ofertas que se venden más, ahora también se destacan las que más interés tienen por nuestro público.
Todas estas evoluciones van ligadas, sin duda, a una mayor conciencia por parte de las empresas de nuestra disciplina. Cada vez hay más ofertas de empleo de analistas web ya que hay más empresas que apuestan por ello. Además, las empresas que ya llevan tiempo apostando en el análisis de datos, no paran de incrementar sus equipos.
En general, podríamos decir que esta disciplina ha evolucionado en muy buena dirección durante estos años, pero creo que aun evolucionará mucho más, igual que lo hará internet.
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9 de noviembre de 2023