“¿Cómo ha cambiado Internet y las redes sociales el periodismo?”. En ocasiones me realizan esa pregunta durante entrevistas, y otras veces soy yo quien realiza la pregunta a algún compañero, pero siempre la respuesta es la misma.
Internet y las redes sociales han cambiado el ejercicio del periodismo de una manera tan profunda que quizá tendríamos que buscar otro término para referirnos a esta nueva forma de hacer periodismo.
Los principios de la profesión no han cambiado (o, al menos no deberían cambiar): la verificación de las informaciones, la contrastación de las fuentes, el ejercicio reflexivo por parte del periodista… a pesar de la inmediatez que imponen los nuevos medios sociales.
El periodista tiene en sus manos unas herramientas muy potentes que, bien utilizadas, le abren posibilidades comunicativas como nunca hasta ahora había tenido. Las nuevas tecnologías le facilitan el acceso a información en tiempo real, a fuentes a las que antes le resultaba difícil localizar y, además, le permiten convertirse en difusor de sus propias informaciones, haciéndolas llegar a nuevos públicos, construyendo su propia marca personal como periodista.
Todo ello no sólo supone un cambio para la profesión, sino una mejora y, sobre todo, una evolución, cuya marcha se ha acelerado en los últimos años, en los que vivimos una vorágine apasionante para el desarrollo de la profesión.
¿Cuáles son las nuevas herramientas que están dando forma al periodismo actual? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Cuáles son las nuevas formas de periodismo que vienen? Podemos señalar algunas tendencias actuales en la forma de comunicar que posiblemente se consolidarán durante los próximos meses, aunque por supuesto, surgirán más, algunas tan innovadoras e interesantes que hoy día ni siquiera las podemos imaginar.
Posiblemente mientras lees estas líneas, un desarrollador en Silicon Valley está creando una aplicación social que revolucione, una vez más, la forma de comunicar. Y puede que todos la tengamos en nuestros teléfonos móviles, en nuestros bolsillos, sólo dentro de unas semanas, y que la utilicemos como una nueva vía para realizar el ejercicio del periodismo.
El consumo de noticias en movilidad aumenta cada día. La popularización de los dispositivos con conexión a Internet (tabletas, smartphones) y de las redes 4G, que permiten la transmisión de grandes cantidades de datos a alta velocidad, facilita el consumo de información y de contenidos audiovisuales en cualquier momento y desde cualquier lugar.
Se calcula que, a nivel global, el 50% de las informaciones ya se lee a través de la pantalla de un dispositivo móvil. Precisamente adaptarse a los nuevos formatos es un reto para los medios de comunicación, muchos de los cuales todavía no tienen páginas web resposive que se adapten a todos los tamaños.
Pero la movilidad no sólo es una oportunidad para los informadores que creen formatos específicos para quienes consuman noticias en cualquier sitio, sino que también supone una nueva vía de negocio e ingresos publicitarios. Plataformas como Facebook ya obtienen el 70% de sus ingresos a través del móvil. Las empresas de comunicación deben adaptarse y sacar partido a esta realidad, creando contenidos específicos para cada tamaño de pantalla y adaptando también sus espacios publicitarios a ellas.
El consumo de contenidos audiovisuales ha crecido un 155% solo en el último año. Además, son informaciones que, en medios sociales e Internet, generan más interacciones.
Twitter permite crear vídeos de 30 segundos, Instagram de 15, Vine de 6… Se requiere mucho talento para condensar la información en formatos tan reducidos, pero son excelentes plataformas para llegar a nuestro público.
Ser los primeros además en utilizar aplicaciones que comienzan a ganar popularidad, contribuye a la formación rápida de una comunidad de usuarios en torno al medio. Es lo que ocurre, por ejemplo, con aplicaciones como Periscope, Meerkat o Upclose, que permiten realizar emisiones de vídeo en streaming desde un teléfono móvil, y que pueden servir para ofrecer un punto de vista distinto de cualquier noticia, o para fomentar el contacto directo con la audiencia.
Los medios pueden sacar partido de las aplicaciones para llevar contenidos específicos a los lectores que se encuentran en una determinada zona, haciendo uso de la geolocalización de la que disponen sus dispositivos móviles.
Hacer llegar contenido específico, local, a personas interesadas en él, puede llegar a ser tan importante como ser el primero en dar la información. No es sólo informar ya, sino informar donde el usuario se encuentra.
En línea con lo anterior y la posibilidad de enviar contenidos específicos a grupos de usuarios, aplicaciones como Snapchat comienzan a ser utilizadas por medios de comunicación sobre todo en Estados Unidos para distribuir sus informaciones.
Con la misma intención se utiliza el servicio de mensajería instantánea de Instagram, Instagram Direct, para enviar fotos informativas personalizadas para los usuarios que pudieran estar interesados en ellas.
Hay medios que están utilizando WhatsApp para crear grupos de usuarios interesados en diversas temáticas, y se les envían actualizaciones e informaciones adaptadas al sistema de mensajería instantánea.
En definitiva, las herramientas están ahí, tan sólo hay que buscarles el ángulo adecuado para llegar a los usuarios sin resultar intrusivo, siempre con su autorización, y comenzar a utilizarlas. Pero para ello, primero hay que conocerlas, saber sus particularidades y adaptar los mensajes a cada plataforma y a cada público.
No se pueden tratar estas aplicaciones sociales “secretas” como las redes sociales públicas en las que se difunden todo tipo de contenidos. La especialización y la adecuación de los mensajes a cada una de ellas resulta fundamental.
La introducción de herramientas analíticas en las redacciones, que permitan a los redactores saber cuáles son las historias con mayor aceptación en un determinado momento, les permitirá aumentar su capacidad de reacción a la hora de seguir con un tema o no.
Es un concepto que ya se utilizaba en la radio fórmula antiguamente, con discos de colores que señalaban la aceptación por parte de la audiencia de cada canción. Sin embargo ahora se traslada a las redacciones digitales con aplicaciones como Chartbeat, que ofrecen información en tiempo real que puede ser utilizada para saber qué noticias o temáticas están despertando el interés de los lectores en ese preciso momento.
No sólo se analiza el comportamiento de las informaciones y la recepción por parte de la audiencia, sino que la recopilación de datos y su análisis es también una vía para obtener informaciones y conclusiones, en muchas ocasiones, exclusivas. La aplicación de técnicas de Big Data en las redacciones requiere el empleo de importantes recursos humanos y económicos, pero como fruto da informaciones únicas que se apoyan sobre datos fiables. En la mayor parte de las informaciones el análisis de los datos da lugar a titulares muy interesantes, pero su elaboración es costosa.
No son todavía muy habituales en muchas redacciones, pero la utilización de los drones en medios de comunicación, fundamentalmente audiovisuales, permite llegar y tomar fotografías y vídeos de lugares de difícil acceso, realizar tomas aéreas de manifestaciones… a un coste mucho menor que el de alquilar un helicóptero, por ejemplo, y con una calidad de grabación en alta definición.
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9 de noviembre de 2023