Padres y madres se preocupan por el futuro de sus hijos. En muchas ocasiones, les financian también sus estudios. Ambas cosas pueden ejercer una fuerte influencia e incluso determinar la profesión a la que te vas a dedicar.
Esta influencia puede ser muy positiva si hay diálogo y una actitud positiva por ambas partes. Si confías en tus padres y ellos en ti, podrás establecer conversaciones fluidas sobre tu futuro profesional. Ellos podrán aconsejarte sobre cómo viven y experimentan el mercado laboral. Sobre los sectores que conocen y cómo evolucionan. Y podrán aconsejarte en consecuencia para que elijas la profesión con más salidas acorde a tus intereses.
La financiación de los estudios es también un factor de importancia. No todas las familias pueden permitirse universidades privadas. Ni siquiera las matrículas de las públicas. El factor económico puede influir en los estudios a realizar y en consecuencia, en el futuro profesional.
Esta vieja máxima es fundamental. Para que la elección de tu futuro profesional sea un éxito debes saber cuál es tu vocación. Si aún no lo sabes, una serie de preguntas te ayudarán a descubrirlo.
Que el diálogo en casa sea fluido también depende de tí. Ten en cuenta que, aunque tengas las ideas muy claras, la experiencia es un grado. Déjate aconsejar por quienes te quieren. Si planteas abiertamente tus preferencias, a tus padres les resultará más fácil aconsejarte.
El ingreso en estudios superiores o de FP marca el inicio de la etapa adulta. Demuestra que estás preparado y haz una búsqueda de los estudios que más te interesan. De acuerdo a tus aspiraciones profesionales. Y házselo saber a tu familia. De este modo, verán que eres responsable y minimizarás su influencia sobre tu elección.
Si el precio de tus estudios está por encima de las posiblidades de tu familia infórmate sobre las opciones que tienes. Quizá no necesites estudiar en una universidad privada. Y puedes optar a una beca. O incluso tener un trabajo mientras estudias. Plantea todas las posibilidades y escoge la que mejor se adapte a tu situación.
Si pese a todo, una vez comenzados tus estudios descubres que no son lo que esperabas no te preocupes. No es un drama. Puedes modificar tu elección.
Por una parte, en muchas ocasiones los estudios que ya hayas realizado podrán ser convalidables. Al menos parcialmente. Ya sea si cambias de carrera como si pasas de la FP a la universidad.
Por otra, es normal que no se cumplan las expectativas. En todo caso, habrás aprendido algo.
Lo importante es que expliques los motivos de tu cambio. Y que antes de hacerlo puedas poner encima de la mesa una propuesta.
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