Si estudias durante horas y aun así no ves resultados, tal vez el problema no es cuánto estudias sino cómo lo haces. Usar técnicas de estudio efectivas puede ayudarte a aprender más en menos tiempo, retener mejor la información y reducir el estrés antes de los exámenes. Te compartimos cinco métodos probados y fáciles de aplicar, perfectos para estudiantes como tú que quieren mejorar su rendimiento académico sin estudiar hasta la madrugada.
La técnica Pomodoro, de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones, es ideal para evitar distracciones y mantener la concentración. Consiste en estudiar durante 25 minutos y luego tomar una pausa de 5. Después de 4 ciclos, haces una pausa más larga.
Este método es excelente para estudiantes que tienden a procrastinar o se cansan rápidamente. Puedes usar apps como Focus To-Do o simplemente el temporizador de tu teléfono móvil.
Los mapas mentales son una herramienta visual que te ayuda a organizar y conectar ideas clave. Sirven para resumir información, entender conceptos complejos y estudiar materias como historia, biología o literatura. Entre los beneficios que pueden aportar están que activa tu memoria visual, te obliga a procesar la información y hace que estudiar sea más dinámico.
Puedes hacerlos a mano o con herramientas como MindMeister o XMind.
Una de las técnicas de estudio más efectivas es la repetición espaciada. Consiste en repasar la información varias veces con intervalos cada vez más largos. Así, evitas olvidarla después del examen.
Este sería un ejemplo de calendario de repaso:
Día 1: estudio inicial
Día 2: primer repaso
Día 4: segundo repaso
Día 7: repaso final
Apps como Anki o RemNote automatizan este sistema. Es muy útil para memorizar vocabulario, fechas o fórmulas.
Si puedes explicar un tema con palabras simples, realmente lo entiendes. Estos cuatro pasos sons la base de la técnica Feynman:
Primer paso: Elige un tema.
Segundo paso: Explícalo como si se lo contaras a un niño.
Tercer paso: Detecta las partes que no sabes
Cuarto paso: Repasa y vuelve a intentarlo
Esta técnica transforma tu forma de estudiar: pasas de repetir como loro a comprender en profundidad.
Está demostrado que aprendemos mejor cuando involucramos más de un sentido. Por eso, combinar lectura, escritura, audios y videos puede aumentar tu comprensión y memoria. Algunas fórmulas que puedes aplicar en tu día a día son leer en voz alta tus apuntes, mirar un video explicativo y tomar notas o usar fichas de memoria mientras escuchas música instrumental suave.
El estudio multisensorial mantiene tu mente activa y reduce el aburrimiento.
Además de aplicar estas técnicas específicas, es fundamental incorporar buenos hábitos de estudio. Antes de comenzar cualquier sesión, es importante que establezcas objetivos claros: define con precisión qué tema vas a abordar y qué resultado esperas obtener.
Durante el estudio, procura mantenerte alejado de distracciones; puedes ayudarte con herramientas como Forest o activar el modo «no molestar» en tu dispositivo. No olvides que el descanso juega un papel crucial en el aprendizaje, así que dormir bien es tan importante como estudiar.
También es recomendable hacer pausas activas: levantarte, caminar o estirarte entre sesiones mejora la concentración y evita el agotamiento mental. Y por último, no dejes todo para el último momento. Revisa los contenidos con frecuencia, incluso si es por poco tiempo, para fortalecer la memoria a largo plazo y evitar el estrés de última hora.
Y RECUERDA…a lo mejor no necesitas estudiar más sino estudiar mejor. Y eso empieza hoy 😉🚀
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