Existen diversas técnicas de estudio para preparar exámenes u oposiciones. Muchas usan distintas metodologías que ayudan a la retención de información por medio de tácticas concretas, como los esquemas o las flashcards. Otras, sin embargo, se centran en aspectos propios del aprendizaje humano para maximizar los resultados de retención. El Método Chunking pertenece a esta última categoría.
Mediante el desglose de elementos en grupo (o chunks), esta técnica de memorización hace uso de la capacidad innata de organización y asociación del cerebro. Para saber más, te dejamos con el artículo de hoy.
¿En qué consiste?
El cerebro humano tiene una tendencia natural a generar enlaces y conexiones, así como a identificar patrones entre la información que almacena para poder procesarla más rápido. El método chunking aprovecha esta tendencia a crear patrones en la información.
Este concepto se originó en base a un artículo de George Miller titulado The Magical Number Seven, Plus or Minus Two: Some Limits on Our Capacity for Processing Information. En él, Miller recogía que la memoria humana tiene una capacidad de retención limitada a corto plazo. Más concretamente, limitaba la retentiva a siete unidades aproximadamente.
Posteriormente, otros investigadores estudiaron el artículo de Miller y concretaron que existía la forma de ampliar las unidades base, de manera que la información que se podía retener aumentase de forma significativa.
Se descubrió que la manera de aumentar esas siete unidades era agrupando la información que se quería retener en grupos o “trozos” más amplios. Son junto estos “trozos” los que le dan nombre al método de estudio. De esta manera, el método chunking hace referencia a la acción de agrupar en “trozos” (chunk) la información para provechar la retentiva propia del cerebro humano.
¿Cómo aplicar el Método Chunking?
Los beneficios del Método Chunking en la memoria son muy significativos. Este método no solo es útil en materia de retención, sino que, además, contribuye a aumentar y fortalecer la actividad neuronal.
Para poder llevarlo a cabo, es esencial que, sea cual sea el campo de estudio, puedas desglosar la información en unidades. A su vez, estas unidades deberán contener pequeños datos que tengan que ver de forma directa con el bloque completo.
Te dejamos un ejemplo de la técnica de Chunking en el aprendizaje para que puedas entenderlo mejor.
En el supuesto de que tuvieras que memorizar todos los tipos de frutas que existen, el primer paso sería agruparlas en grandes bloques. Es decir: frutas cítricas, tropicales, rojas, etc.
Después, podrías categorizar las unidades dentro del grupo al que pertenezca. Así, por ejemplo, las frutas cítricas contendrían naranjas, mandarinas, limones, pomelos, etc.
Este tipo de categorización se puede aplicar a cualquier información. Si, por ejemplo, necesitas estudiar historia, puedes categorizar los bloques por años y desglosar los sucesos más importantes en cada uno. De la misma manera, puedes agrupar leyes, normativas, modificaciones y demás datos que necesites en tu aprendizaje.
Esta técnica también está muy extendida en el aprendizaje de idiomas, puesto que la utilidad de los bloques con pequeñas dosis de información resulta de especial provecho a la hora de aprender vocabulario o expresiones.
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