Nervios y ansiedad ante los exámenes
El nerviosismo que produce cualquier tipo de prueba es muy común. Especialmente si esa prueba implica que podamos seguir avanzando con nuestros proyectos. Los nervios ante un examen pueden contribuir a que estemos alerta y focalicemos más. Pero cuando son excesivos se convierten en ansiedad. Entonces ya no son productivos, sino un lastre que nos incapacita para tomar decisiones acertadas.
Cuando se llega a estas situaciones hay que recuperar el control. Para no quedarse en blanco, comprender correctamente las preguntas y contestar acertadamente.
Hay una serie de estrategias que te ayudarán en esta tarea.
Establece rutinas y técnicas de estudio
La preparación de oposiciones o exámenes no es algo que pueda dejarse para el último momento. Estudiar requiere tiempo. Por eso, estudia con una rutina que te permita controlar la incertidumbre y asegurarte de que podrás preparar el temario. Deberás seguir los horarios que te marques. Te traerá sensación de seguridad y con ella, más facilidad para asimilar los contenidos.
Utiliza técnicas de estudio que te sean útiles. Desde mapas conceptuales a flashcards. Todo lo que te permita comprender y recordar lo que aprendes. En esto también tiene una gran influencia el ambiente ideal de estudio.
Antes y durante el examen
Antes de presentarte a un examen debes haber localizado el lugar. Sobre todo si se trata de oposiciones, en las que los exámenes se desarrollan en lugares que muchas veces nos son desconocidos. Saber dónde debes acudir exactamente a hacer una prueba elimina una de las fuentes que provocan nervios.
El mismo del examen debes haber descansado bien. El descanso es fundamental para rendir mejor. No tomes estimulantes, como la cafeína.
Durante la prueba, dedica los primeros cinco minutos a leer todas las preguntas. Concéntrate en ello y focaliza. Comprender mal un enunciado impide responder correctamente.
Una vez que sepas exactamente lo que se te pregunta, comienza por lo que mejor conoces. Calcula el tiempo que necesitarás para contestar lo que te resulta más difícil.
Finalmente, repasa el examen antes de entregarlo. Es posible que hayas olvidado incluir algo importante o que hayas cometido errores de ortografía o de redacción.
Ejercicios de relajación
Si eres una persona a la que le cuesta controlar sus nervios, ayúdate de técnicas de relajación. La mayor parte de ellas no ocupan mucho tiempo. Y sin embargo sus beneficios son a largo plazo.
Puedes recurrir a la meditación o al mindfulness. O simplemente controlar tu respiración. Unos 15 minutos al día suelen ser suficientes. Especialmente el día del examen reserva un poco de tiempo para estas técnicas.
Huye también de personas que están nerviosas. Es muy probable que te contagien su nerviosismo.
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