“Nuestro objetivo es ayudar a los alumnos a crear un perfil profesional sólido para buscar empleo. Al inicio del programa, el alumno responde un cuestionario con el que detectamos sus habilidades y deficiencias. Después, en función de los resultados, le ofrecemos una serie de mini-cursos guiados para trabajar las áreas donde es necesaria una mejora. El material abarca diversas temáticas como: autoestima, liderazgo, toma de decisiones, empoderamiento, habilidades sociales, control del estrés o marca personal, entre otras”. Así explica Cristina Aparicio, responsable de INESEM Emplea, cómo funciona el programa de Entrenamiento por Competencias que siguen desde hace cuatro años en INESEM Business School.
Todos los alumnos que cursan un postgrado en INESEM pueden apuntarse de forma gratuita a este programa. A lo largo de esta formación extra, el alumno recibe también un “Kit de empleabilidad”, en el que se abordan otros temas paralelos como: la elaboración del currículo y la carta de presentación, el proceso de búsqueda de empleo, el plan de carrera y el networking. Asimismo, se le ofrece la posibilidad de inscribirse en el portal de empleo del centro y de recibir asesoramiento sobre su perfil por parte de especialistas.
Pero ¿cómo surgió esta idea? “Nos dimos cuenta de que buscar empleo requiere de unas habilidades paralelas a la formación en sí” contesta Cristina. “El objetivo de nuestra escuela es formar a nuestros alumnos para que alcancen sus objetivos profesionales, por lo que consideramos necesario acompañarles más allá de los contenidos teóricos y ayudarles en el proceso de búsqueda de empleo en un contexto cambiante y de alta competitividad”.
Para ello, prosigue la responsable de INESEM Emplea, “tratamos de darles un amplio abanico de herramientas transversales que les ayude a desenvolverse y encontrar un empleo adecuado a su formación, sus habilidades y sus expectativas. Además, el programa es una excelente manera de que el alumno realice un ejercicio de autoconocimiento y mejora como profesional y como individuo”.
De las prácticas a la orientación personalizada
Realmente el origen de todo se encuentra en el programa de prácticas que pusieron en marcha un año antes, en 2013, y que desde el principio tuvo una gran acogida por parte de los alumnos.
“El programa de prácticas es uno de nuestros mejores activos. Con las prácticas profesionales el alumno puede aplicar todos los conocimientos adquiridos en un entorno real de trabajo, así como relacionarse con otros profesionales y aprender de ellos. Además, suponen una excelente oportunidad para iniciarse en el mercado laboral, hacer contactos e incluso continuar su trabajo en la empresa después del periodo de prácticas”, asegura Cristina Aparicio.
Esa experiencia les sirvió para conocer mejor a los estudiantes y seguir implantando nuevas medidas. “A raíz del programa de prácticas observamos un cierto desconocimiento entre los alumnos sobre el mercado laboral y la creación de una marca personal sólida, por lo que pusimos en marcha el programa de Entrenamiento por competencias”.
Para acceder a las prácticas el alumno debe haber completado un 60% de su formación. La duración puede ir desde un mes hasta seis meses. Ya han firmado convenios con casi 200 empresas, la mayor parte de ellas españolas, aunque algunas también realizan su actividad en otros países.
Cristina afirma con orgullo que gracias a estas acciones “más de un 85% de los alumnos ya han conseguido empleo”.
Formación enfocada hacia el empleo
Elisabet Vallejo es licenciada en Tecnología de los Alimentos y cursó el Máster en Calidad y Seguridad Alimentaria de INESEM Business School. Tras acabar el Máster hizo el programa de orientación. Poco tiempo después comenzó a trabajar en una empresa del sector alimentario.
«Me fue muy útil, no sólo para aquel momento sino también para el futuro. Aprendí mucho sobre el proceso de buscar trabajo, y me sirvió para mejorar enormemente mi currículum y mi manera de afrontar las entrevistas, el networking, etc.”.
«Realicé mis prácticas en una empresa de la industria alimentaria durante seis meses. Hacer las prácticas fue lo que me hizo ver que me quería dedicar a esta profesión».
«Durante ese periodo pude aplicar a la vida real todo lo que había estado estudiando los meses de antes y conocer de primera mano el trabajo real. Además, conocí a grandes profesionales de los que aprendí mucho”.
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