Compliance officer y ciberseguridad, una buena oportunidad profesional para abogados

En el futuro se multiplicarán las fugas de información, las extorsiones, los daños reputacionales, las campañas de desinformación y desprestigio y los ciberataques. En ese escenario las empresas deberán evaluar y gestionar sus riesgos tecnológicos, seleccionando qué controles deben aplicar, y para realizar este trabajo la figura del compliance officer será fundamental.

Cada año se producen en nuestro país cerca de 70.000 ataques a empresas, particulares e infraestructuras a través de Internet. Se calcula que aproximadamente un 80% de estos incidentes se podrían evitar si las empresas pusiesen en marcha sistemas y procesos de detección y prevención efectivos. De manera que cuando lancen un nuevo servicio, ya sea una web o un servicio esencial que soporta una infraestructura crítica, evalúen y gestionen el riesgo tecnológico, seleccionando qué controles de seguridad deben ser aplicados.

Estos controles pueden ser organizativos, procedimentales y normativos (compliance), así como técnicos. Los programas compliance son un punto esencial en la evaluación de estos riesgos. Un conjunto de regulaciones y normas de carácter interno que la empresa debe respetar con el objetivo de aminorar el riesgo de la comisión de delitos y exonerarla de una eventual responsabilidad penal como persona jurídica. El encargado de hacer que esos programas se cumplan es el compliance officer.

¿Dónde especializarse en compliance y ciberseguridad?

En los últimos años se está legislando mucho en materia de seguridad y privacidad, tanto a nivel nacional como a nivel Europeo, para luchar contra el cibercrimen. Las empresas valoran positivamente la regulación en este campo, pero también miran con recelo las obligaciones que deben cumplir. Estas incluyen, por ejemplo, la obligación  de notificar las brechas de seguridad y las sanciones económicas que pueden ser superiores a 20 millones de euros.

Por eso, buscan expertos que sepan implementar Modelos de Prevención de Delitos (MPD). Para formar a estos profesionales, UIC Barcelona y Molins Abogados-Defensa Penal han apostado por un programa de postgrado cuyo objetivo principal es dotar de la necesaria formación técnico-jurídica a los futuros compliance officers.

El postgrado en Compliance y Ciberseguridad de UIC Barcelona ofrece una visión profunda del perfil del compliance officer, proporcionando las herramientas técnico-jurídicas para afrontar los riesgos tecnológicos en la empresa y dar a conocer las claves para diseñar e implementar un modelo de prevención de delitos, teniendo en consideración los retos que plantea la transformación digital de la empresa y los problemas emergentes en el ámbito de la ciberseguridad.

Está especialmente dirigido a titulados en Derecho, abogados de empresa, economistas, auditores internos y externos, consultores y otros profesionales que quieran formarse en compliance.

La Universitat Internacional de Catalunya también ofrece la posibilidad de estudiar el postgrado en Compliance y Ciberseguridad junto al Máster Oficial Universitario en Abogacía que prepara para ejercer como abogado.  Esta especialización es perfecta para los estudiantes que quieran dedicarse a la asesoría jurídica de empresas o a la defensa penal preventiva y procesal de particulares y corporaciones.

¿Qué hace un Compliance Officer?

La figura del compliance officer o director de cumplimiento es un perfil muy habitual en las compañías anglosajonas, pero todavía poco conocido en nuestro país. Apareció por primera vez en los sectores financiero y farmacéutico, seguramente por ser dos de los que más regulación y normativas exigen. El objetivo principal de este profesional es conocer y hacer cumplir todas las normas a las que están sujetas las empresas (tanto la parte normativa y legal como la parte ética y moral), para prevenir que cometan delitos.

Los numerosos escándalos financieros y contables que han salpicado a grandes empresas en los últimos años, el crecimiento exponencial de ataques informáticos, el robo masivo de datos o los delitos cometidos contra el medioambiente han impulsado el interés por la figura del compliance officer, que se ha convertido en imprescindible en muchos sectores.

La modificación del Código Penal que se realizó en 2015 establece la obligación de las empresas de cumplir con un deber de supervisión o vigilancia de posibles delitos. Aunque no se regula expresamente el perfil de este profesional, según los expertos todas las empresas deberían contar con esta figura en su plantilla o subcontratarla externamente.

Es por ello que actualmente se está generando una importante demanda de especialistas formados en este ámbito, que todavía resulta novedoso, pero que será muy requerido por las empresas.