Para el ejercicio de algunas profesiones es necesario contar con una acreditación. Este tipo de acreditación es el carnet profesional. Certifica que tienes las competencias necesarias para desempeñar un trabajo o realizar las tareas específicas de un puesto. También certifica que cumples con los requisitos necesarios para ello.
Este tipo de requisitos dependen de la ocupación. Pero en general incluyen formación, pruebas de aptitud y experiencia.
Otra de sus funciones es demostrar que el trabajador conoce el reglamento concreto de su profesión. Para las empresas es también imprescindible, sobre todo en lo que atañe a riesgos laborales.
No todas las profesiones requieren la obtención de un carnet profesional. En general, aquellas que sí lo necesitan son las que su desempeño puede implicar un riesgo para el trabajador o para otras personas. Bien porque durante la realización de la tarea pueda producirse algún accidente, o porque el material con el que se trabaje pueda ser peligroso o contener elementos nocivos para la salud.
En este sentido, se requiere este tipo de certificación para ser instalador de gas, de productos petrolíferos, de equipos de producción de calor o instalaciones térmicas y de protección contra incendios. También para ser operario de maquinaria pesada, como operador de grúas o conductor de carretillas elevadoras. Incluso para operar con maquinaria en minas y para manipular alimentos.
También para los oficios que impliquen reparar maquinaria o instalaciones relacionadas con las ocupaciones anteriores, como gas, electricidad, ascensores o grúas.
La obtención de un carnet profesional es competencia de cada comunidad autónoma. Lo más habitual es que se ocupe de este trámite la Consejería de Industria o la de Empleo. Dependiendo de cada comunidad, podrás solicitarlo durante todo el año o solo en algunos períodos específicos.
Pese a todo, hay una serie de condiciones que se deben cumplir en todos los casos.
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