Desde hace algunas décadas la innovación está cada vez más presente en la didáctica. Y en todos los niveles de formación. Desde la Educación Obligatoria a la formación continua dentro de las empresas.
El foco ahora lo constituyen los procesos de aprendizaje que ponen el acento en las personas. No solo es importante cómo se transmite la información, también cómo se recibe y se asimila. En el mundo actual, este proceso pasa por el uso de las nuevas tecnologías.
Dentro de esta tendencia, el x-learning ha venido para quedarse. Incorpora algunos aspectos del e-learning, incluso del nanolearning, pero también muchas novedades. Se trata de poner las nuevas tecnologías al servicio del aprendizaje, pero incidiendo en la experiencia de quien aprende. Tratando de estimular los procesos creativos.
Para ello se utilizan nuevas herramientas, como la realidad virtual o la realidad aumentada, y otros dispositivos diferentes al ordenador, como las consolas de videojuegos.
El x-learning se basa en la premisa de que el aprendizaje experiencial es más eficiente que ningún otro. Esto es, se aprende mejor y se incorpora mejor aquello que se vive en primera persona. Y aquello que se pone en práctica de forma inmediata.
Para conseguir este proceso basado en la experiencia, las nuevas tecnologías son una gran herramienta. Porque permiten recrear situaciones y contextos que en la realidad son imposibles. De este modo, se amplían las posibilidades de aprendizaje y este se interioriza mejor y de forma automática. Tiene también un papel fundamental la gamificación, la inmersión del aprendizaje en el juego.
Se trata de tecnologías y recursos con los que los estudiantes actuales han crecido y que saben manejar desde pequeños. Su uso hace que el aprendizaje sea para ellos más cercano y más atractivo. Se fomenta así también su motivación.
Todo esto no significa que la figura del docente pierda importancia. Al contrario. Simplemente se redefine. Ya no se limita a transmitir conceptos, sino que crea contextos de aprendizaje y sirve como guía para sus alumnos. En este sentido, su importancia no ha disminuido. Su responsabilidad es crear situaciones de aprendizaje, tan complejo como saber transmitir información.
Ahora que los estudiantes tienen acceso a una gran cantidad de datos, la misión principal de los profesores es poner orden y reconducir. Orientar al alumnado en la selección de recursos válidos y enseñarles a aprender del error.
Son ellos quienes crean, modifican o escogen el método, y los contenidos más apropiados del x-learning para ponerlos a disposición de sus estudiantes. Durante el proceso, los acompañan.
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