El growth hacking es una profesión de moda cuya demanda de profesionales no deja de crecer. En un mercado laboral donde el marketing digital se considera una herramienta imprescindible para lograr los resultados esperados, el growht hacking intenta mejorar la visibilidad, los usuarios o los ingresos de la compañía con el menor tiempo e inversión posible.
Las empresas que más se benefician de los servicios del growth hacking son las startups, que buscan los mayores resultados con los mínimos recursos, aunque los profesionales cada vez son más buscados en grandes compañías. Los especialistas en growth hacking analizan la actividad que está llevando la compañía, redefinen su valor y las características que pueden generar crecimiento, y pasan a la acción logrando los mejores resultados con un presupuesto reducido.
El especialista en growth hacking establece una estrategia analizada previamente con el fin de minimizar errores y conseguir la estabilización del proyecto en el menor tiempo posible. Para incrementar de forma rápida y notoria el volumen de usuarios, ingresos o impacto de la empresa, el responsable de la estrategia analizará por qué unas acciones funcionan mejor que otras y exprimirá al máximo los canales con los que la empresa obtiene mejores resultados.
Algunas opciones para implementar el growth hacking en la empresa son el blogging, la creación de un programa de referidos, los contenidos gratis y descargables a través de la web, generación de valor en redes sociales, el marketing de urgencia, las pruebas gratuitas, los modelos freemium y premium, y el marketing online.
Realizar una formación específica en growth hacking es la mejor estrategia para ingresar en el mercado laboral o promocionar en la empresa. Entre otros cursos, destacan los siguientes:
Además de poseer una formación multidisciplinar, conviene que los especialistas en growth hacking cuenten con ciertas habilidades y competencias que les permitan desarrollar sus funciones profesionales de una manera eficaz.
El especialista en growth hacking tiene que tener una gran capacidad de respuesta e improvisación, ser valiente y decidido, con una correcta gestión del estrés. Además, debe manejarse en entornos virtuales y ser un trabajador multitarea, creativo y curioso, para poder poner en práctica ideas innovadoras que marquen la diferencia. Conviene que sea un especialista receptivo a la hora de recibir ideas y analítico, para conseguir los mejores resultados.
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