La llegada de los colegios y la enseñanza obligatoria trasladó estos aprendizajes de las casas a los centros educativos y la enseñanza se formalizó en planes, asignaturas, objetivos educativos, titulaciones, etc.
Ahora algunas familias están apostando por el proceso inverso, y prefieren ocuparse de la educación de sus hijos ellos mismos, echando mano de apoyos puntuales en alguna materia que no dominan u otras actividades, antes que llevar a su progenie en el colegio y delegar en las instituciones esta labor esencial. Pero esta postura no está exenta de dificultades.
La educación en casa no está regulada en España. Es una práctica alegal, es decir, no se contempla por parte de la administración, por lo que no está prohibida ni tampoco regulada. La cuestión es que la educación es obligatoria por Ley (Ley Orgánica de Educación) desde los seis hasta los dieciséis años, de manera que esto puede acarrear algún inconveniente si se produjera una denuncia por parte del colegio, por ejemplo al desescolarizar al niño, una de las prácticas habituales para comenzar con la educación en familia.
A la hora de obtener alguna titulación oficial, para continuar con estudios universitarios o para acceder al mercado laboral, las familias que deciden decantarse por este método educativo, dos mil aproximadamente en toda España, deben enfrentarse a los exámenes de acceso a la educación formal.
Estados Unidos, país donde el homeschooling está muy extendido, tienen plazas reservadas para estos chicos en muchas de sus universidades. Una de las vías para homologar un título es matricularse a distancia en alguna de ellas.
En cuanto a los contenidos que se estudian y si estos serán suficientes o adecuados hay familias que siguen el curriculum escolar y lo amplían y complementas con otras materias artísticas, deportivas o de habilidades de otro tipo. Otras siguen diferentes métodos educativos como trabajar por proyectos y favorecen la asimilación de conceptos de forma transversal. O directamente procuran satisfacer la curiosidad natural de los niños, estimulándola y proponiéndoles nuevos retos y aprendizajes. En muchas ocasiones se recurre a profesores para trabajar otras especialidades como los idiomas.
Una pregunta recurrente a las familias que optan por educar en casa es el aspecto sobre la socialización. ¿Es menor la socialización de un niño que se ha educado en casa? No, ellos no lo piensan así. Los homeschoolers asisten a actividades donde hay otros niños, van al parque, reciben clases en otros ámbitos, es decir, cubren perfectamente esa necesidad. Con una ventaja -explican- no solo se relacionan con niños de su edad si no que lo hacen con personas de diferentes generaciones.
Lo que motiva a estas familias a sacar a sus hijos de la escuela es una postura crítica frente a la calidad del sistema de enseñanza de los colegios. Hay quienes han tenido malas experiencias porque son niños que no se adaptan bien a un sistema demasiado homogeneizado. Otros opinan que el sistema educativo tiene muchas carencias, y moldea a los niños según sus necesidades dejando a un lado el desarrollo de toda la potencialidad de los chavales.
Algunos expertos opinan que el sistema debería ser más flexible, y así poder combinar una educación formal con otra más personalizada en casa de forma que se complementaran y suplieran las carencias de una con la otra y viceversa.
Entre los niños que se han educado en casa y que son un referente actualmente en algún campo destaca Tanmay Bakshi, un joven programador de trece años que trabaja para el gigante tecnológico IBM.
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3 de septiembre de 2024