Aprender en aulas de diferentes edades

Cuando se oye hablar de aulas con niños y niñas de diferentes edades se imagina que el motivo para esta inusual mezcla sea una escuela rural donde no hay suficientes escolares para hacer grupos de edades homogéneos. Los maestros rurales defienden los beneficios pedagógicos que tienen las aulas de estas características, aunque no son los únicos.

Escuelas rurales y método Montessori paradigmas de las clases multinivel

En los colegios en los que se aplica el famoso método Montessori los niños se agrupan en tres edades de 3-6, de 6-9 y de 9-12… De esta forma todos pasan por la experiencia de ser los pequeños del grupo a ser los mayores.

El argumento que se defiende tanto en las escuelas donde se imparte esta metodología como en las escuelas rurales es sencillo. La idea es que el colegio se parezca a la vida, donde no solo se interactúa con las personas de la misma edad. Si en casa los hermanos pequeños aprenden de los mayores en el colegio ocurre igual. Los pequeños aprenden a ser autónomos pidiendo ayuda a los más mayores. Los mayores, por su parte, adquieren una responsabilidad sobre los más pequeños, y al enseñarles les ayuda a fijar los conocimientos aprendidos.

La heterogeneidad de edades en las clases posibilita que los maestros se liberen, en parte, de cuestiones relacionadas con el comportamiento durante la clase. Los niños más expertos enseñan a los recién llegados dónde está el material, cómo repartirlo y cómo moverse por el aula. Aprenden unos de otros y se ayudan entre sí. De esta forma, los docentes pueden centrarse en dar un apoyo más personalizado.

Aprender a respetar las diferencias de una forma natural

Otras ventajas que aprecian los profesores que han tenido la oportunidad de experimentar con clases mixtas en edades es que los niños aprenden a respetar las diferencias de una forma natural. Asumen que no todos saben las mismas cosas y se sienten libres de preguntar o de aportar lo que cada uno sabe. Detecta que su autoestima aumenta, pero también su autonomía e independencia. Los niños son más conscientes de la diversidad de ritmos y aprendizajes que en un aula de las mismas edades.

Tratar de manera homogénea a los alumnos sin tener en cuenta la diferencia en el nivel madurativo según su edad puede tener consecuencias negativas. Hay estudios que apuntan que exigir el mismo nivel de conocimientos a alumnos del mismo curso, pero que se llevan casi un año (los nacidos en enero frente a los nacidos en diciembre), es contraproducente. Las probabilidades de que los pequeños del curso repitan pueden llegar al de un 85%. Obviamente las razones no se encuentran en la capacidad de aprendizaje de los niños, si no en ese tratamiento homogeneizador que requiere la educación masificada.

Castilla-León, muchas aulas multinivel y buenos resultados en PISA

Y un buen ejemplo de los beneficios de mezclar edades, también llamadas aulas multinivel, está en Castilla-León. Esta comunidad es la que mejores datos obtiene en el informe PISA. Según los análisis de expertos, la clave está en que gran parte de los niños (el 68% de los coles de infantil y primaria) se encuentran en poblaciones de menos de 10.000 habitantes, donde las aulas tienen pocos alumnos. Esto permite a los profesores dar una educación más individualizada, es decir ajustada a los ritmos de cada niño. Pero, además, los docentes señalan que el hecho de que haya mezcla de edades favorece que unos niños aprendan de otros de forma cooperativa. Les ayuda a sentirse más competentes y eso se refleja en los resultados.

Esta comunidad no es la que más invierte en educación, tampoco es la más rica y el porcentaje de padres con un nivel cultural bajo o medio-bajo es más elevado que en el resto del país. La clave la encontramos en la construcción de aulas donde el aprendizaje se hace en un ambiente casi familiar, en el que se produce un gran respeto por las diferencias, y en las que se atiende a los niños respetando sus ritmos tanto madurativos como cognitivos.