1. No tener en cuenta la ubicación
Uno de los aspectos más importantes es que la escuela se encuentre próxima a los lugares en los que los padres o parientes cercanos desarrollen su día a día. Esto incluye su residencia, centro de trabajo, donde se realicen otras actividades o casa de otros familiares. De ahí la importancia de analizar las opciones más cercanas para evitar dificultades en los momentos de ir a primera hora o recoger del cole a los niños o tenerlo en cuenta para que el estudiante pueda acudir por su cuenta cuando alcance la edad adecuada. Hay que tener en cuenta el tiempo que se tarda en realizar este trayecto, los costes de desplazamiento, los posibles atascos o si se puede optar por usar la ruta escolar, si es que el centro cuenta con ella.
2. No darle (suficiente) importancia al proyecto educativo
Cada colegio cuenta con su propio ideario y la educación que imparte se caracteriza por unos valores o metodologías determinadas. Pararse a analizar estos aspectos es relevante, porque será determinante para conocer qué tipo de educación va a recibir el niño y de qué manera irá creciendo tanto a nivel educativo como personal. Para conocer con exactitud este tema, lo mejor será recurrir a la información que ofrezca el propio centro y contrastarlo con las experiencias y opiniones de otros padres.
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3. ¿Son las instalaciones y los servicios que necesito?
Los niños pasan muchas horas en las aulas, pero no todo es cuestión de aprendizaje teórico. Cada vez más se emplean nuevas metodologías que conllevan el uso de las tecnologías y la utilización de técnicas que apuestan por los aspectos más prácticos del aprendizaje. Éstas además son algo especialmente apreciado por la mayoría de los padres, tal y como recoge el estudio Preferencias sobre Colegios en España, que indica que “un 88% busca centros que integren en su formación técnicas de innovación educativa (flipped clasroom, inteligencia emocional, mindfulness, aprendizaje colaborativo, gamification….)”. Si bien, aunque cuenten con muchos de estos recursos, hay que conocer bien cuándo se emplean y sobre todo cómo.
4. ¿Todos los niveles educativos o sólo una etapa?
No siempre es fácil prever si el niño/niña pasará toda su vida escolar en el mismo centro; muchas circunstancias pueden cambiar a lo largo de esta etapa que conlleven un traslado en un momento determinado. Pero, una de las primeras cuestiones a resolver será si se pretende que estudie en una escuela la etapa infantil y primario en una escuela y después optar por un instituto hasta que finalice sus estudios.
5. No tener en cuenta la comunicación colegio-padres
Con las tecnologías este aspecto cada vez es más sencillo. Existen muchas apps que ayudan en esta labor porque agilizan las notificaciones, garantizan un canal directo a través del que la información llega de forma directa o permite tener agrupados todos los mensajes que se reciben. Sin embargo, no todos los centros las emplean sino que siguen apostando por otros canales. Utilicen unos medios u otros lo importante es que la comunicación fluya. Esto tendrá incidencia en el progreso del alumno, las posibles incidencias que surjan y cómo éstas se puedan resolver y, al fin y al cabo, mantenerse alineados en pro del aprendizaje del menor.
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