Como muchas otras cosas en la vida, la perspectiva desde la que afrontamos las cosas influye en los resultados que obtenemos. Eso no significa que nuestro estado de ánimo determine lo que va a ocurrir. No por ver la vida de color de rosa vamos a obtener lo que queremos, como lo queremos y cuando lo queremos. Pero sí tiene un impacto en nuestra motivación. Y la motivación es una de las claves para llevar a cabo proyectos y afrontar retos. Comenzar el curso es uno de ellos.
Está muy extendida la idea de que retomar la rutina de estudios es aburrido, cansado y poco atrayente. Sin embargo, aprender conocimientos, habilidades y conocer personas es todo lo contrario. Es estimulante, divertido y atractivo. Olvídate de los lugares comunes y construye tu propia opinión. Y deja de poner el acento en los aspectos negativos del retorno a las aulas para centrarte en todo lo positivo que tiene y que obtendrás. Haz que este curso sea diferente.
Lo hemos dicho antes pero nunca se dirá lo suficiente: la motivación es clave en todo lo que hacemos. Para comenzar bien el curso y que el resto del año sea productivo es fundamental que encuentres tus propias motivaciones. Las tuyas, las que te sirvan a ti.
Los tipos de motivación son muy variados. Van desde la satisfacción personal, como un mejor estado de ánimo que repercutirá en tus relaciones sociales, en el resto de cosas que hagas y en tu autoestima. Hasta comprender mejor el mundo en el que vives y no dejarte manipular.
También incluye recompensas materiales que obtendrás en un futuro cercano, como la posibilidad de ejercer la profesión que te gusta a través de la construcción de redes sociales. También con tus compañeros, con tus profesores y a través de las prácticas. Están incluidas en todos los grados de Formación Profesional, no solo en la FP dual. Invierte en tu futuro desde ya.
Si te mantienes motivado te será más fácil retener los nuevos conceptos, realizar tareas y proyectos y mejorar tus notas.
Para tener éxito en cualquier actividad es necesario organizarse. Lo saben bien en las empresas, donde se han puesto de moda metodologías específicas para este fin. En tu caso es parecido.
Lo primero de todo es que vayas poco a poco adaptándote a los nuevos horarios. Seguramente durante las vacaciones has trasnochado y te has levantado tarde. Vete poco a poco cambiando esta rutina. Si no lo haces, las primeras semanas estarás cansado, de mal humor y solo perderás el tiempo.
Una vez que conozcas todas las materias y los horarios, márcate un plan de estudio. Que sea progresivo y flexible. Adáptalo según tus necesidades y la dificultad de cada asignatura. Y deja siempre tiempo de descanso cada día y al menos un día libre a la semana. Descansar es necesario para rendir. Incluye en este plan tus aficiones y los deportes que practiques. Te sorprenderías de saber la cantidad de hobbies que hay que estimulan el aprendizaje.
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