Aunque también hay otras vías de acceso que te harán posible estudiar un Grado en una universidad, lo más frecuente es realizar Bachillerato y después hacer Selectividad.
Cada año hay dos convocatorias de la prueba de Selectividad, normalmente en junio y septiembre, aunque cada vez más Comunidades Autónomas realizan la segunda convocatoria en el mes de Julio.
La prueba de Selectividad dura tres días y cuenta con dos partes: una primera parte general, que es obligatoria y consta de 4 exámenes (lengua castellana y literatura, lengua extranjera, Historia o filosofía y una materia de modalidad de Bachillerato a elegir por el alumno), y otra parte específica que sirve para subir nota.
La fase específica, que es voluntaria, sirve para mejorar tu nota final. Aunque puedes examinarte de hasta cuatro materias de modalidad relacionadas con la carrera que quieres estudiar, sólo se tendrán en cuenta dos (las materias en las que hayas conseguido mejor nota).
La puntuación final que consigas en Selectividad servirá para calcular tu nota de admisión a la Universidad.
¿Cómo se calcula la nota de admisión?
Básicamente, la nota final con la que accedes a la universidad es el resultado de sumar el 60% de la nota media que has conseguido en Bachillerato + el 40% de la calificación de Selectividad. Si además te has presentado a la parte específica voluntaria, tienes que sumarle también la cifra que te dé de multiplicar las dos notas conseguidas en esos exámenes por el parámetro de ponderación que hayan establecido las universidades para esas asignaturas en concreto.
Por lo general, las universidades establecen criterios/coeficientes de ponderación de 0,1 ó 0,2 para las materias adscritas a la rama de conocimiento del título al que se quiere acceder. Como esta parte puede alterar bastante tu nota final, si ya sabes qué titulación quieres estudiar y en qué universidad, lo mejor es que consultes directamente en la universidad que te interesa las asignaturas a las que dan prioridad para cada Grado.
Y las notas de corte… ¿Para qué valen?
Cuando hay suficientes plazas libres para todos los alumnos que quieren estudiar una carrera en una universidad en concreto, sólo tienes que tener aprobada la Selectividad con un 5. Con eso te bastará para entrar en ella.
El problema viene cuando hay más alumnos que plazas. Entonces, las universidades tienen que adjudicar las plazas libres de esa carrera en función de la nota de los alumnos que se presentan a ella (de mayor a menor nota). La nota de admisión del último alumno que ha entrado es lo que se denomina nota de corte. Debes tener en cuenta que las notas de corte para una misma carrera pueden variar bastante de un año a otro y de una universidad a otra, dependiendo de lo demandada que esté en ese momento.
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