Desde la reforma impulsada por el Plan Bolonia los grados eran de tres o cuatro años. La mayoría de las carreras universitarias son ya de cuatro años. Solo 24 de las más de 3.000 titulaciones tienen una duración de tres años y 180 ECTS. Esta duración es mayoritaria en Europa y se conoce como el sistema 3+2.
Tras ellos, la educación universitaria continuaba con un posgrado o un máster. Aunque también se puede acceder a un máster sin un grado. Estos estudios de posgrado tenían una duración de dos años, aunque dependía de la especialización. Esta duración de dos años en los estudios de posgrado estaba destinada a complementar justamente el año faltante en los grados de tres años. Pero aumentaba el costo de los estudios porque los másteres son más caros.
Si el borrador que prepara el Ministerio de Universidades es aprobado, este sistema incluirá un año más en los grados que solo contaban con tres.
Los cambios que incorpora el borrador del Gobierno no afectan solo a los grados. También modifican los posgrados. Los grados de tres años desaparecerán y serán sustituidos por otros de cuatro con un total de 240 ECTS, 60 ECTS por año. Como consecuencia, los másteres pasarán a tener una duración máxima de un único año. Habrá másteres de 120, 90 y 60 ECTS.
Con el cambio de duración de las carreras universitarias, el nuevo decreto prevé también una bajada del precio de las matrículas. Tanto para grados como para másteres. Si finalmente el decreto es aprobado, obligará a las universidades a adaptar los planes de estudio y prolongar un año más sus grados. Todo ello, sin que perjudique a los estudiantes que ya están cursando sus estudios y a los que la nueva ley no afectará.
Solo las carreras de Medicina y otras de mayor duración, de entre 300 y 360 ECTS, no se verán afectadas. De este modo, la nueva norma cumple con la legislación europea. No cambiarán los doctorados, a los que se seguirá accediendo con la superación de un mínimo de 300 ECTS y que siguen dando acceso a la carrera académica. Tampoco se modifica el sistema de enseñanza, que seguirá comprendiendo las modalidades presencial, dual y a distancia. Ni la realización de prácticas que continuarán formando parte de la formación universitaria.
Este cambio legislativo parece que deriva de la poca eficacia observada en las carreras de menos de cuatro años. En ellas la formación era demasiado especializada y en su mayoría conducían a estudiar un doble grado.
El cambio anunciado por el Gobierno está aún en periodo de debate. Las universidades, los sindicatos y las organizaciones de estudiantes están llamados a presentar sus propuestas o rectificaciones. Después de este trámite, el Ministerio prevé la aprobación a inicios de este verano. Pero para que este cambio legislativo afecte lo menos posible a los estudiantes, habrá cuatro años para su implantación. Es decir, desde la entrada en vigor del nuevo decreto, las universidades tendrán cuatro años para modificar los planes de estudio.
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