El sistema educativo español es renovado cada cierto tiempo con el objetivo de mantenerlo actualizado. Hace unos años, en el 2010, se produjo uno de los mayores cambios que han afectado al sistema educativo universitario: el Plan Bolonia. Para comprender esta evolución de la educación es necesario pararse a analizar punto por punto cómo han ido reformándose los distintos aspectos.
¿En qué consiste el Plan Bolonia?
Este proyecto trata de unificar todos los sistemas universitarios europeos para poder regirse bajo la misma norma. Para que todas las universidades puedan funcionar bajo los mismos criterios fueron necesarios cambios en muchos aspectos puesto que cada país establecía su propia regulación.
Por ello, una de las primeras medidas fue la eliminación de las licenciaturas. Este tipo de estudios superiores desaparecía tal y como se conocía hasta ese momento. A partir de entonces, los estudiantes conocerían el Grado, con una duración de cuatro años y 240 créditos, el Máster o posgrado, de uno o dos años con 60 y 120 créditos respectivamente, y el Doctorado.
No obstante, hay que tener en cuenta que los alumnos que estuviesen cursando una licenciatura en el momento en el que se dio el cambio, podrían terminar sus estudios en el plan en el que se habían matriculado.
Nuevo sistema para medir los créditos
En este nueva evolución de la educación española, también se impuso una nueva forma para medir los créditos. A partir de ese momento comenzaron a regirse por el sistema europeo European Credit Transfer System (ECTS).
A diferencia del método anterior, con el ECTS se medirían las horas de clase y el tiempo que el alumno le dedica a su formación fuera de las aulas. De este modo, se computan entre 25 y 30 horas de aprendizaje que corresponderían a un crédito.
Con esta medida se facilita que los alumnos puedan compatibilizar sus estudios dentro de su país de origen con aquellos que quieran realizar fuera, mediante programas tales como las becas Erasmus.
Prácticas y trabajo fin de Grado
Dos de las novedades más importantes del plan Bolonia ha sido la obligatoriedad de las prácticas profesionales dentro de las carreras puesto que la puesta en práctica de los conocimientos académicos adquiridos es determinante. De este modo, las prácticas en empresa dejan de ser una asignatura optativa.
Por su lado, la realización del Trabajo de Fin de Grado pasa a ser un proyecto obligatorio para poder obtener el título estudiado.
Con las prácticas profesionales y el proyecto Fin de Grado se intentan afianzar los conocimientos del Grado y enseñar a los alumnos cómo será el mercado laboral.
Evaluación continua, optativas y trabajo en equipo
Los alumnos pasan a disponer de mayores responsabilidades tomando sus propias decisiones en cuanto a cómo desempeñar su aprendizaje. De este modo, pueden elegir libremente en qué rama se quieren especializar mediante la elección de optativas a partir del tercer curso.
Los profesores, por su lado, se convierten en un apoyo para el alumnado ya que se ofrecen horas tutorizadas, la posibilidad de realizar evaluación continua y un aprendizaje que impulse la enseñanza activa entre el profesor-alumno. Así, se pretende fomentar además de la formación magistral, el aprendizaje a través de seminarios, talleres o clases de laboratorio, sin olvidar los trabajos en equipo entre los estudiantes.
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