Qué sabemos de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario
Por fin ha sido aprobado recientemente en Consejo de Ministros el anteproyecto de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Se trata de un proyecto que lleva años negociándose, desde que fuera Ministro de Universidades Manuel Castells. Ahora lo ha recogido el nuevo responsable, Joan Subirats. Y se comenzará a debatir en septiembre.
Con este anteproyecto se pone fin a la primera gran fase de negociación de la nueva Ley que regirá el sistema universitario español en el futuro. Se ha negociado con todos los representantes de las universidades públicas, del Personal de Administración y Servicios (PAS), del Personal Docente e Investigador (PDI) y con los sindicatos, entre otros.
Su principal objetivo es aportar a las universidades españolas herramientas para adaptarse a los cambios sociales y económicos que se ha producido en los últimos años. Pero también tiene otros objetivos más específicos.
Cómo se financiarán las universidades
La financiación de las universidades públicas es uno de los problemas que la Ley Orgánica del Sistema Universitario quiere resolver. Y es que, sobre todo desde la crisis del 2008, el presupuesto para los estudios superiores se había congelado.
Para ello, el Ministerio se compromete a elevar hasta el 1% del PIB el gasto dedicado a las universidades. Este aumento coincide con el del presupuesto en educación previsto en la LOMLOE del 5% y con el de investigación derivado de la Ley de Ciencia en un 1,25%.
Uno de los aspectos que se verán beneficiados con esta medida es la internacionalización. Entre otras cosas, para potenciar las Universidades Europeas.
Reducir la precariedad de los docentes
El aumento de la financiación pretende comenzar a resolver uno de los principales problemas de las universidades españolas: la precariedad de muchos de sus trabajadores.
La temporalidad se verá reducida hasta un máximo del 8%, lo que implica que alrededor de 25.000 profesores asociados pasarán a ser fijos. Al mismo tiempo, se quiere volver al significado original que tenía esta figura cuando se creó. Es decir, profesionales que puedan aportar su experiencia a una mejora de la calidad docente y cuya carga lectiva no pueda superar las 120 horas. Hasta ahora, esta figura se estaba utilizando para cubrir puestos docentes que deberían ser indefinidos.
Mayor seguridad en la carrera científica
De la mano de lo anterior, la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario quiere hacer que la carrera académica deje de tener tantas inseguridades. Para ello se establecen tres etapas:
- Acceso: comenzará con un contrato predoctoral para hacer la tesis y podrá durar un máximo de 10 años. Con la nueva ley se hará a través del puesto de Ayudante Doctor, que ya no necesitará acreditación, sino que se hará por concurso público. Los contratos serán de seis años, en lugar de cinco como hasta ahora.
- Estabilización: se hará mediante la figura de Titular de Universidad o de Permanente Laboral tras los seis años de la fase anterior. Sí requiere acreditación y la superación de un concurso público.
- Promoción: la fase anterior permitirá consolidarse en el puesto y avanzar en la carrera académica en la figura de Catedrático.
Finalmente, para solucionar los problemas de endogamia, en los concursos públicos los miembros de los tribunales serán escogidos por sorteo y la universidad de destino estará en minoría.
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