Poco a poco los sistemas educativos adaptados a las circunstancias de los alumnos van ganando fuerza en detrimento de los modelos educativos más tradicionales. Gracias a las nuevas tecnologías se han roto todas las barreras existentes en la educación, facilitando que los alumnos puedan conciliar la vida laboral con la estudiantil.
El número de grados online que se imparten en nuestro país ha crecido notablemente en cuestión de muy pocos años. De hecho, durante el curso 2017-2018 fueron 118 los grados impartidos de forma no presencial tanto en universidades públicas como privadas de toda España. Por temáticas, los grados de las ramas de Ciencias Sociales y Jurídicas siguen siendo los que más se ofertan a distancia (72 grados), seguidos por los de Artes y Humanidades (22 grados) y los de Ingeniera y Arquitectura (15 grados). Por otro lado, los grados de Ciencias de la Salud y Ciencias en general, por su naturaleza práctica, son los que menos se ofertan en esta modalidad. Tan sólo nueve se pueden estudiar fuera de las aulas.
El mundo universitario ya no puede obviar que la mayoría de los estudiantes que ocupan actualmente sus aulas han nacido en la era digital y tampoco que, en muchos casos, no cuentan con el tiempo suficiente para permanecer de lunes a viernes en las clases. Poco a poco, los centros van siendo conscientes de la necesidad de ofrecer otros modelos de aprendizaje, con los que dar respuesta a estas nuevas situaciones que se plantean y que exigen adaptar los estudios universitarios a las necesidades personales de cada alumno.
Buena muestra de este nuevo modelo de universidad basado en otras formas de impartir educación, más personalizada, es la Universidad Isabel I que, aunque tiene su sede central en Burgos, imparte toda su formación vía online. Uno de los principales objetivos del centro es ser «disruptivos, aportar un granito de arena para adaptar el sistema universitario español al ámbito digital, al siglo XXI» explica Alberto Gómez Barahon, su rector.
En tan sólo ocho años de vida, la Universidad Isabel I ha conseguido hacerse un hueco dentro de la formación online. La mejor prueba del éxito de su educación son precisamente sus alumnos: ya son 6.496 matriculados en grados y másteres oficiales. Además de los casi 2.000 estudiantes en posgrados, idiomas y cursos MOOCs, el acrónimo en inglés de Massive Online Open Courses (cursos online masivos y abiertos).
> Un modelo educativo serio y coherente: Que una educación sea online no implica que detrás no haya profesionales cualificados y una metodología educativa tan efectiva como la tradicional.
> Una educación adaptada a las necesidades del alumno: Tan importante es formarse como que el centro en el que estudiemos entienda nuestras circunstancias. Algo en lo que la Universidad Isabel I se muestra muy rigurosa. «Escuchamos y atendemos las demandas y propuestas de nuestros alumnos, que son los protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje» afirma su rector, Alberto Gómez Barahon.
> Favorece la conciliación: Se trata del único sistema de formación que te puede ayudar a conciliar la vida universitaria con la vida familiar y profesional. «Nuestros alumnos tienen una edad media de unos 32 años y también tenemos alumnos de entre 18 y 24 o de más de 40 años» explica Alberto Gómez Barahon «nosotros nos preguntamos: ¿cómo puede estudiar una persona que trabaja ocho horas a diario y tiene cargas familiares? ¿o un joven de 20 años que se dedica al deporte de modo profesional o que ya tiene una actividad laboral? La Universidad Isabel I quiere dar respuesta a estas y otras necesidades».
> Responsabilidad Cada vez que comenzamos una formación tenemos que tener muy claro que aceptamos una responsabilidad con nosotros mismos, con el centro y con nuestro futuro laboral. Por eso, al contrario de lo que muchos creen, estudiar online requiere de una exigencia plena por parte del alumno, que en muchos casos debe compaginar la vida laboral, familiar con la estudiantil.
> Organización del tiempo: Aunque se trate de una educación flexible y adaptada a las circunstancias del alumno, la formación online exige, al igual que la presencial, de una organización y de horas de estudio. Además, ésta suele ser suele ser bastante intensa por ello, es importante estar al día.
> Índices bajos de abandono: formarte a distancia no implica que abandones tus estudios con mayor facilidad que si estudiaras en una universidad convencional. De hecho, la Universidad Isabel I «tiene uno de los índices de abandono más bajos de todas la universidades españolas, tanto presenciales como online, que el último curso estuvo en el 16,5%, muy por debajo de la media nacional» como apunta su rector.
Unas de las dudas que con mayor frecuencia se nos plantea cuando hablamos de estudiar a distancia son las prácticas laborales y cómo se gestionan. En el caso de la Universidad Isabel I, mantienen 3.000 convenios con empresas para que todos sus alumnos (repartidos por toda España y otros 23 países del mundo) puedan realizar prácticas.
Además, se trata de la primera universidad española y la segunda en Europa en ofrecer la posibilidad de cursar los Grados de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFD), y Nutrición Humana y Dietética de manera semipresencial. «CAFD , por ejemplo, es una titulación muy demandada, semipresencial. Tiene una carga importante de teoría, que se puede impartir en modo online con la tecnología existente hoy en día, y las prácticas se agrupan en determinados días de la año para que los alumnos las puedan realizar de una manera más accesible», añade Alberto Gómez Barahon.
La carrera deportiva de un deportista de élite suele ser muy breve, por lo que cada vez hay más deportistas profesionales que estudian una carrera. Les motiva su interés por construirse un futuro alternativo, donde también puedan competir con las máximas garantías en el mercado laboral. Pero el esfuerzo y la dedicación que deben poner estos alumnos en su carrera deportiva no siempre es compatible con estudiar un Grado de forma convencional, por lo que la formación online es la alternativa perfecta para ellos.
En 2013 la Universidad Isabel I, muy vinculada al deporte profesional, puso en marcha el programa de Universidad del Alto Rendimiento Deportivo (UNARD), con el claro objetivo de ayudar a deportistas de élite a formarse y a obtener una titulación académica a la vez que compaginaban sus estudios con la práctica profesional del deporte. Desde entonces este programa no ha parado de ganar adeptos. «En algunos ambientes se nos conoce como la universidad de los deportistas, porque actualmente tenemos más de 100 deportistas de élite estudiando con nosotros. Gracias al Programa UNARD adaptamos la parte académica e incluso los exámenes a sus horarios, competiciones y viaje», explica el rector.
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