Para algunos estudiantes los exámenes suponen un estrés tan grande que su vida se convierte en una “pesadilla” y lo único en lo que piensan es en “salir con vida” de ellos. En general, la época de exámenes difícil, ya que son muchas materias y el tiempo es limitado. Dado que no todo el mundo tiene las mismas capacidades ni gestiona la presión de la misma manera, muchos estudiantes sufren de ansiedad ante los exámenes, sobre todo en selectividad.
La ansiedad es una emoción natural del ser humano que siente al anticiparse a una situación que genera cierto grado de incertidumbre. Ahora bien, debe diferenciarse la ansiedad racional de la irracional. La ansiedad racional es aquella que se experimenta por un motivo aparentemente objetivo. Por ejemplo, es normal que un individuo que se encuentra en medio de la selva ante un león sienta ansiedad, ya que se enfrenta a un peligro real.
En el ámbito de los exámenes, la ansiedad racional haría referencia a la emoción que se siente cuando verdaderamente no se ha estudiado y no se tiene el conocimiento suficiente sobre la materia. En este caso, se trata de una reacción adaptativa, ya que motiva a la persona a emprender acciones para evitar que ocurra aquello que tanto teme: suspender.
Por el contrario, la ansiedad irracional es aquella que se activa cuando el peligro no es real. Es decir, es aquella que experimentan los alumnos que, a pesar de haber estudiado lo suficiente, tienen miedo de hacer un mal examen.
Por una parte, puede suceder que se dé un proceso de condicionamiento, como por ejemplo que el alumno en cuestión haya tenido alguna experiencia de bloqueo en la que no supo contestar al examen. A raíz de esa experiencia, su mente enlaza examen con bloqueo. Así, anticipa que en el próximo examen le volverá a ocurrir lo mismo.
Otro factor importante es el perfeccionismo. Para aquellas personas cuya valía personal está supeditada a los logros, aprobar u obtener una buena puntuación adquiere excesiva importancia. Hasta tal punto que la propia presión que ellas mismas se autoimponen les impide estudiar bien.
Asimismo, la autoestima también juega un papel importante. Aquellas personas que no tengan seguridad en sí mismas tienden a producir verbalizaciones negativas del estilo de «no lo haré bien», «voy a suspender», «soy un inútil», etc. Lo que, lógicamente, dificulta mucho el estudio y aumenta la ansiedad ante los exámenes.
La ansiedad se manifiesta en tres planos diferentes: fisiológico, motor y cognitivo.
Así, la ansiedad fisiológica puede manifestarse con síntomas como hiperventilación, taquicardia, sudores fríos, etc. Ante estos síntomas, son efectivas técnicas como la meditación, la respiración profunda o la relajación progresiva.
Por su parte, para la ansiedad motora resulta bastante efectivo hacer deporte o cualquier actividad física que contribuya a descargar energía.
En cuanto a la parte cognitiva, técnicas como la parada de pensamiento o la reestructuración cognitiva (Por ejemplo, cambiar las verbalizaciones negativas por frases positivas como «puedo hacerlo») son lo más recomendable.
Si eres de ese tipo de estudiantes que sufre ansiedad ante los exámenes, solo debes seguir estos consejos y verás cómo tu rendimiento mejora significativamente. ¡A por ello!
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