Un año sabático es un período de tiempo dedicado a la realización de actividades diferentes a las que se llevan a cabo normalmente. El concepto deriva de la fiesta judía del Sabbath, el día a la semana dedicado al descanso. Pero no por fuerza debe referir a un año completo.
En algunos países, como Canadá o los Estados Unidos, es bastante frecuente que los estudiantes se tomen este período de descanso después de haber finalizado su Educación Secundaria, y antes de ingresar en la universidad. Normalmente, este tiempo lo dedican principalmente a viajar y conocer otras culturas. Aunque no siempre lo hacen como meros turistas. En muchas ocasiones también compatibilizan sus actividades con un contrato de trabajo de pocas horas.
El objetivo último es conocerse mejor, aclarar las ideas para el futuro, y definir objetivos personales y profesionales a corto, medio y largo plazo.
Como hemos visto, un año sabático no es un período de tiempo dedicado a no hacer nada. Tiene una finalidad enteramente personal. Por eso conlleva múltiples beneficios. Y por eso es provechoso poder hacerlo al finalizar un período de mucha actividad, como al acabar Bachillerato o una carrera universitaria.
Este tiempo de reflexión y autoaprendizaje te permite recapacitar sobre lo que has hecho, cómo lo has hecho, qué logros has conseguido y cuáles quieres conseguir. Por tanto, su mayor utilidad es ayudar a definir la trayectoria futura. Sobre todo si no sabes qué carrera estudiar.
En este sentido, algunos estudios demuestran que quienes se han tomado este descanso en la mitad de sus estudios mejoran notablemente su rendimiento. Y es que definir correctamente las metas personales hace que te concentres mejor en ellas.
En el caso de personas que ya están integradas en la universidad o en centros de investigación, este tiempo se dedica a ampliar los conocimientos en su área de estudio. Se pueden impartir clases en otras universidades, asistir a conferencias o preparar proyectos de investigación.
Lo primero que debes considerar antes de iniciar tu año sabático es si te lo puedes permitir. Realiza un presupuesto acorde con las actividades que quieres realizar y el lugar donde quieres hacerlas. Puedes siempre quedarte en tu lugar de residencia, pero lo mejor es que te marches a otro lugar. De este modo, pones en marcha de forma efectiva tu proceso de autoconocimiento. Alejado de tus rutinas y costumbres habituales.
Consulta las ofertas que ofrecen algunos países. En muchas ocasiones encontrarás trabajos de media jornada, que te permitirán zambullirte en la nueva cultura. Además, así podrás sufragar buena parte de tus gastos.
Otra opción es la de realizar uno o varios programas de voluntariado. En este sentido, una de las opciones más valoradas es el Voluntariado Europeo. Por la oferta formativa que ofrecen, porque tus gastos están pagados, y porque te permite conseguir el Youthpass, que aumenta tus posibilidades de encontrar un empleo.
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