El primer paso para transformar tu espacio de estudio, es convertirlo en un lugar donde te apetezca pasar el tiempo. El factor «sentirse bien» en el lugar de trabajo influye directamente en el rendimiento físico, emocional y cognitivo. Es algo que las startups y las empresas más abiertas a la innovación hace tiempo que tienen claro. Por eso, invierten en que sus empleados se sientan bien psicológica y físicamente en la oficina.
Lo mismo se aplica a las personas que trabajan o estudian en casa, para quienes un ambiente ideal de concentración es una de las claves del éxito. Permite llevar a cabo con éxito las distintas técnicas de estudio y superar las distracciones, sobre todo cuando se estudia online o con dispositivos electrónicos.
Tanto la ergonomía y la iluminación como los pequeños detalles son importantes para sentirse bien en el espacio de estudio. He aquí algunos consejos para embellecerlo y, así, aumentar tu productividad y tu bienestar.
Y se hizo la luz. La falta de iluminación puede ocasionar fatiga visual y somnolencia. Por eso, es aconsejable tener un área de estudio en un lugar bien iluminado. Mejor contar con luz natural, pero sin que esta incida directamente en el rostro ni, si la estamos usando, en la pantalla. Si la luz del día no es suficiente, por ejemplo en invierno o con mal tiempo, se recomienda utilizar una lámpara de escritorio o una de las llamadas lámparas de luz diurna. Una fuente de luz adicional levanta el ánimo en los días oscuros y facilita así la concentración.
Coloca bien tu escritorio. Se considera ideal colocar el escritorio en un ángulo recto de unos 90 grados con respecto a la ventana. No coloques tu escritorio delante de una ventana: las condiciones de iluminación son desfavorables porque se genera una situación permanente “de alto contraste” y contraluz.
Vigila la ergonomía. Para que sentarte ante el escritorio no acabe afectando a tu rendimiento (y en último extremo a tu salud), es importante que tu lugar de estudio tenga un diseño ergonómico. Sobre todo, la silla y el escritorio deben estar ajustados a la altura adecuada. Para las molestias en la zona lumbar, los reposapiés y los cojines para el asiento o el coxis pueden ayudar.
Plantas y naturaleza. No falla: en una habitación, las plantas mantienen el ambiente agradable y fresco. Además, hay estudios que indican que su presencia garantiza un buen estado de ánimo e incluso reduce el estrés. Casi cualquier especie de interior puede ser una buena idea. Si no eres un experto en jardinería, busca plantas que requieran poco mantenimiento, como las suculentas, el ficus o el poto.
Música relajante. Hay personas que se concentran mejor cuando pueden escuchar sonidos relajantes o música. Se trata de escoger la música para estudiar y concentrarse que mejor se adapta a ti.
Orden y espacio de almacenamiento. Evita los cajones llenos de material o los papeles que se amontonan sobre la mesa. Unas carpetas, cestas o bandejas, o unas estanterías auxiliares, te ayudarán a mantener el escritorio ordenado. Piensa de antemano qué documentos, libros y objetos necesitas habitualmente y cuáles solo en ocasiones. Dependiendo de ello, colócalo al fondo de un cajón o al alcance de la mano.
Decoración inspiradora. Un escritorio gris, triste y aburrido puede terminar hundiendo nuestra motivación… ¿Qué tal colocar un calendario con palabras inspiradoras o pósteres coloridos, tengan relación o no con tu materia de estudio? Piensa primero: ¿Qué me motiva?, ¿Cuáles son mis objetivos? Los largos días de estudio se harán más llevaderos.
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