Los grados en el área de Traducción e Interpretación tienen por objetivo formar a profesionales expertos, tanto en su propia lengua materna como en los idiomas a los que traducirán textos o interpretarán discursos. Con este fin, los estudiantes deben dominar, al menos, dos lenguas extranjeras. Su formación también incluye un profundo conocimiento de las instituciones europeas, nociones de Derecho y Economía, manejar con soltura algunos programas informáticos y haber trabajado la metodología de algún campo de especialización (jurídica, médica, técnica…) cuando se gradúan.
Los traductores e intérpretes deben asimilar y entender primero los textos que después trasladarán a otra lengua, para poder transmitir todos sus matices. Asimismo, se espera de ellos que tengan una cultura general muy amplia, tanto sobre su entorno más inmediato como sobre los países cuyas lenguas han estudiado. Para ello, se les recomienda que pasen un tiempo fuera al finalizar sus estudios, no sólo para perfeccionar su formación lingüística sino también para que se sumerjan en la sociedad y costumbres de la cultura que desean conocer.
Dentro de estos estudios existen dos variantes profesionales claras, el trabajo de traductor y el de intérprete. Si bien los licenciados en esta carrera deben estar capacitados para desempeñar ambos trabajos. En la práctica, ser intérprete conlleva unas cualidades añadidas, como la fluidez verbal, la agilidad mental, la espontaneidad y la buena memoria, para captar al momento y con exactitud lo que quieren expresar los hablantes de un idioma extranjero. Cualidades que no son imprescindibles para las traducciones escritas, donde es más importante manejarse con precisión y soltura en el campo de las equivalencias semánticas y donde se concede mayor importancia al lenguaje escrito.
Un intérprete jurado es un traductor autorizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para traducir al castellano todos aquellos documentos escritos en una lengua extranjera que requieren un carácter oficial. También están autorizados para interpretar en comisarías, juicios…
Los graduados del área de Traducción e Interpretación pueden solicitar el reconocimiento de intérpretes jurados sin necesidad de superar el examen que convoca el Ministerio de Asuntos Exteriores. Para ello, sólo tienen que certificar que, mientras estudiaban la carrera, han cursado un mínimo de créditos en traducción jurídica o económica y en interpretación de la lengua para la que se solicita el reconocimiento en cuestión.
Si te interesa el área de traducción e interpretación, también debes mirar los grados relacionados con Lenguas y Literatura, así como los grados de Humanidades.
Estas son algunas de las materias que suelen formar parte de la formación básica que ofrecen los grados relacionados con traducción e interpretación:
Lengua y Cultura A (lengua oficial de entre las ofrecidas por cada universidad): Norma sancionada e implícita. La variación lingüística: dialectos, sociolectos, jergas, registros y lenguajes especializados. Análisis y síntesis textual. Redacción. Redacción técnica. Modelos textuales. Revisión textual. Instituciones, historia, cultura y realidad sociopolítica y económica de las áreas de lengua A.
Lenguas y Culturas B y C (Dos lenguas de trabajo distintas de aquella seleccionada como A): El nivel de una de ellas será objeto de examen previo al ingreso en los estudios. Norma sancionada e implícita. La variación lingüística: dialectos, sociolectos, jergas, registros y lenguajes especializados. Análisis y síntesis textual. Redacción. Redacción técnica. Modelos textuales. Revisión textual. Aspectos contrastivos y comunicativos de las lenguas B y C. instituciones, historia, cultura y realidad sociopolítica y económica de las áreas de las lenguas B y C.
Traducción B y C: Traducción directa e inversa. Traducción a la vista, fragmentaria y resumida. Revisión, análisis y crítica textual de traducciones. Traducción en equipo. El proceso real de la traducción profesional. Excelencia en el manejo de las herramientas informáticas de apoyo a la traducción.
Fundamentos teóricos de la traducción: El lenguaje. La comunicación. El significado. Niveles de codificación y descodificación lingüística. Estructuras supraoracionales. Metalenguaje especializado y profesional. La calidad lingüística y comunicativa: error y dificultad. Agentes y factores del proceso de traducción. Agentes y factores del proceso de interpretación. Tipología de actividades profesionales. Aproximaciones interdisciplinares.
Contenidos transversales o interdisciplinares: El mercado. El entorno profesional. La gestión profesional. Ética y deontología. Contenidos temáticos: fundamentos de áreas del saber y sectores de actividad (por ejemplo, derecho, economía, ciencia, tecnología, didáctica…).
Contenidos instrumentales: Técnicas de investigación documental. Fuentes, metodología y gestión terminológicas. Tecnologías aplicadas a la traducción y la interpretación.
Introducción a la interpretación: Interpretación de enlace. Interpretación social. Toma de notas, etc. (interpretación simultánea o de cabina).
Gran parte de la formación de postgrado dirigida específicamente a estos profesionales se centra en el perfeccionamiento de los idiomas que utilizan en su trabajo, en diferentes campos de especialización (traducción técnica de manuales, de textos jurídicos, de medicina…). Por ello, conviene estar constantemente actualizado en el aprendizaje de dichos idiomas.
En los últimos años han aumentado los servicios de traducción especializada (especialmente jurídica, médica y técnica) destinados a productos audiovisuales, multimedia, informáticos y de localización de software.
A medida que aumentan los intercambios comerciales e industriales entre empresas de diferentes países se multiplican las posibilidades de empleo de estos profesionales.
En el ámbito privado, empresas y organismos internacionales ofrecen un buen número de ofertas de trabajo para traductores, bien para que se integren en algún departamento, generalmente de relaciones externas, o bien para que realicen trabajos esporádicos relacionados con la redacción y revisión de textos, con la asistencia lingüística o la adaptación de productos y servicios a otros idiomas.
En el ámbito público, la Unión Europea, la ONU y otras organizaciones convocan oposiciones para trabajar como traductor o interprete. Otra opción es trabajar como intérprete jurado, pero para ello hay que estar autorizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para traducir al castellano todos aquellos documentos escritos en una lengua extranjera que requieren un carácter oficial. Estos profesionales también están acreditados para interpretar en comisarías y juicios.
El ejercicio libre de la profesión entre los traductores es muy común. Si bien tienen que hacer frente al intrusismo profesional, por la competencia que representan los titulados que, procedentes de distintas áreas, tienen conocimientos de idiomas.
Una buena parte de estos profesionales se dedican a la enseñanza de idiomas, tanto en centros públicos como privados. Otro nicho de mercado importante lo constituye el mundo editorial, que recurre con frecuencia a los traductores, de forma directa o a través de agencias especializadas. En el área de turismo y ocio, los traductores se encargan de la revisión y adaptación de guías de viajes y otras tareas de asistencia lingüística.
Estos profesionales pueden trabajar como intérpretes en organismos nacionales e internacionales, intérpretes de enlace en instituciones y empresas, traductores en empresas editoriales y cualquier tipo de empresa con relaciones internacionales, intérpretes jurados, correctores y asesores lingüísticos, investigadores y docentes.
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