Los estudios de grado en Medicina tienen como objetivo común formar a profesionales especializados en el diagnóstico y tratamiento de las diversas enfermedades, así como en su prevención y rehabilitación.
Para lograr este fin, facilitan a los alumnos un profundo conocimiento de la estructura, funciones y comportamiento del cuerpo humano, cuando está sano y cuando enferma, así como de las relaciones que existen entre el estado de salud de las personas y su entorno físico y social.
Además de los fundamentos teóricos en los que se basa la ciencia médica, también proporcionan a los estudiantes la experiencia y capacitación clínica suficientes para poder poner en práctica estos conocimientos.
Los grados en Medicina son, junto a los de Arquitectura, los que tienen una mayor duración. A los seis años que se tarda en completar los estudios de grado (360 créditos europeos) hay que sumar el año de preparación del examen MIR, y el periodo de formación especializada que supone unos 4 años más, lo que en total son 11 años de estudio. Pero, a pesar de su amplia duración, las altas notas de acceso y dificultad que entraña la carrera, es una de las titulaciones que recibe más solicitudes cada año.
El examen MIR
Para cursar una especialidad en medicina después del Grado, la normativa europea exige realizar un examen de acceso que es conocido como MIR (Médico Interno Residente).
Es una prueba convocada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y por el Ministerio de Educación, y que se realiza el mismo día y hora en las diferentes localidades acreditadas de toda España. En ella, se evalúan los conocimientos médicos de todos aquellos titulados en Medicina que deseen acceder a una plaza de formación especializada en nuestro país.
Especialidades médicas
Normalmente, para optar a cualquier especialidad no basta con aprobar el MIR. La nota obtenida en este examen supone un 75%, y el expediente académico un 25% de la puntuación que se asigna a cada aspirante, a los que se clasifica en orden decreciente. Así, meses más tarde y en ese mismo orden, comenzando por aquellos con puntuaciones más altas, cada aspirante va eligiendo plaza hasta completar todos los puestos ofertados.
Cursar una especialidad supone cuatro o cinco años más de estudio. La mayoría de estas especialidades se realizan en clínicas y hospitales, aunque no todas requieren recibir formación hospitalaria.
>>Las especialidades médicas que requieren básicamente formación hospitalaria son: Alergología, Análisis Clínicos, Anatomía Patológica, Anestesiología y Reanimación, Angiología y Cirugía Vascular, Aparato Digestivo, Bioquímica Clínica, Cardiología, Cirugía Vascular, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Cirugía Oral y Maxilofacial, Cirugía Pediátrica, Cirugía Torácica, Cirugía Plástica Estética y Reparadora, Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología, Endocrinología y Nutrición, Farmacología Clínica, Geriatría, Hematología y Hemoterapia, Inmunología, Medicina Intensiva, Medicina Interna, Medicina Nuclear, Microbiología y Parasitología, Nefrología, Neumología, Neurocirugía, Neurofisiología Clínica, Neurología, Obstetricia y Ginecología, Oftalmología, Oncología Médica, Oncología Radioterápica, Otorrinolaringología, Pediatría y sus áreas específicas, Psiquiatría, Radiodiagnóstico, Medicina Física y Rehabilitación, Reumatología, Cirugía Ortopédica y Traumatología, Urología.
>>Las especialidades médicas que no requieren básicamente formación hospitalaria son: Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Preventiva y Salud Pública, Medicina del Trabajo.
>>No requieren formación hospitalaria las especialidades de: Estomatología, Hidrología Médica, Medicina de la Educación Física y del Deporte, Medicina Legal y Forense.
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