Las soft skills o habilidades blandas son un concepto cada vez más utilizado en el lenguaje empresarial. Básicamente definen las competencias sociales, emocionales y personales que permiten a cualquier individuo integrarse de manera exitosa en cualquier empleo. Algunos expertos, sin embargo, las consideran tan fundamentales para el desarrollo de una persona que las denominan habilidades esenciales; mientras otros que se centran más en la trayectoria académica y profesional las llaman employability skills.
Todos estos términos refieren al mismo concepto: competencias sociales de carácter esencial imprescindibles para el correcto desarrollo académico y profesional de una persona. Entre ellas se cuentan la capacidad de análisis crítico, la creatividad y el autoconocimiento.
Las habilidades blandas tienen un carácter transversal, es decir, se dan en todos los perfiles. Esto es así porque refieren a competencias de carácter personal y social. A todas aquellas habilidades que permiten a cualquier individuo ser parte activa de la sociedad y mejorar su inserción en ella.
Porque son transversales y porque el mundo laboral está en constante cambio y exige flexibilidad, las soft skills son muy valoradas por las empresas. En ellas los conocimientos teóricos se perfeccionan mediante la práctica en el puesto. Sin embargo, las soft skills solo se consiguen a través de la experiencia en sociedad durante años. Y son imprescindibles para un perfecto desarrollo profesional.
El mejor entorno para aprender, implementar y mejorar las soft skills es sin duda el educativo. Cada materia desarrolla y potencia una serie de habilidades blandas. Pero no solo, el hecho de estar en el instituto o la universidad ya favorece la implementación de estas habilidades.
Por ejemplo, las materias de humanidades estimulan el pensamiento crítico, la reflexión y la curiosidad, pero cuando se estudian en los centros educativos en los que las personas no están aisladas, fortalecen además las habilidades de comunicación (hablada y escrita), y las capacidades de negociación y de trabajo en equipo.
Todas estas habilidades pueden desarrollarse aún más si el aprendizaje es cooperativo, se hace por proyectos y si la metodología se basa en la resolución de problemas, porque de este modo los estudiantes, además de adquirir nuevos conocimientos, aprenden a aplicarlos de manera creativa.
Las habilidades blandas, pese a que no las puedes acreditadar ya que no existen certificados para ellas, debes incluirlas en cualquier currículum. Sobre todo, mostrarlas en tu carta de presentación y en la entrevista de trabajo. El modelo de carta de motivación para el puesto que escribas detallará qué tipo de habilidades posees.
Por ejemplo, el lenguaje que uses en ella señalará tus habilidades comunicativas y de capacidad de síntesis. Y, si el formato no es convencional, indicará tu alto nivel de creatividad y el grado de confianza en ti mismo. El tipo de soft skills que cada persona posea y el grado de solvencia en el manejo que demuestre durante la entrevista inclinarán la balanza hacia un candidato u otro. Las soft skills mostrarán qué tipo de profesional eres y si cumples los requisitos deseados por la empresa para adaptarte a tu nuevo puesto y cumplir con los objetivos marcados.
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20 de diciembre de 2022