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Pretensiones salariales

Hablar de dinero en una entrevista de trabajo

Salario promedio en las distintas profesiones

Antes de empezar la búsqueda de trabajo debes investigar cuál suele ser el salario promedio para las funciones que puedes desempeñar en los distintos sectores. Si ignoras esta información no cuentas con los argumentos de peso necesarios para negociar las condiciones de una posible contratación.

Además, las pretensiones salariales juegan un papel fundamental tanto en la organización de la búsqueda de empleo como en el desarrollo de las entrevistas de trabajo. Algunas de las fuentes donde puedes consultar esta información son: Informes especializados, como el Informe Infoempleo, estudios de salarios de consultoras especializadas, ofertas de empleo con similares características, Cámaras de Comercio, relaciones personales…

Cómo negociar las pretensiones salariales

Sabido es que no resulta demasiado elegante hablar del vil metal en público o con desconocidos. Pero claro, hay ocasiones donde es inevitable abordar tan espinoso asunto. No en vano, y mientras no se demuestre lo contrario, el fin primero y último de trabajar suele ser, en la mayoría de los casos, ganarse las lentejas de un modo digno.

Y es que las entrevistas de trabajo constituyen uno de esos pocos casos en los que hablar de dinero no sólo no está mal visto, sino que, además, resulta justo y necesario. Pero, ¿qué debemos responder cuándo un entrevistador nos pregunta sobre nuestras aspiraciones salariales? ¿Debemos ser comedidos? ¿Tirarnos un farol? ¿Preguntarle a él o ella lo que gana por hacerte esas preguntas?

Para algunos expertos en selección, cuando el entrevistador pregunta sobre el salario, lo que está buscando es conocer las aspiraciones económicas del candidato, y saber si éstas se encuentran dentro de los límites salariales en los que ese puesto está valorado dentro de la compañía, por lo cual debe ser respondida.

Intervalo salarial realista

Una vez aclarada la conveniencia de contestar a esta delicada cuestión, se impone conocer la respuesta a la pregunta del millón: Y ahora, ¿qué digo? En este sentido, hay que ser realista, indicando un intervalo razonable en el que nos gustaría que se situase nuestro futuro sueldo. Si no se conoce el salario aproximado al que podemos aspirar se puede dejar la pelota en el tejado del entrevistador, preguntando cuál es el nivel retributivo para puestos de esas características en esa empresa.

En el caso de recién titulados, se puede tener una referencia a la hora de dar esta cifra si acudimos al convenio por el que está regulada la actividad (se encuentra publicado en el BOE). Esta información también puede proporcionarla alguna asociación empresarial o sindical, el colegio profesional y la encuesta de sueldos y salarios publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con ello tendremos una estimación de lo que podemos responder, sabiendo cómo está remunerado ese puesto de trabajo en el mercado.

De cualquier modo, en el caso de carecer de experiencia en el desempeño del puesto al que se aspira, se debe ser siempre comedido a la hora de decir el salario al que se aspira, ya que si nos vamos a una cifra excesivamente elevada podemos pecar de pretenciosos.

En el caso de tener experiencia, se debe responder con la cifra que se gana, y si preguntan cuál es el salario que nos gustaría ganar debemos valorar el puesto al que se opta y la diferencia que podría haber con el actual. Siempre que suponga adoptar una posición superior, es razonable pedir entre un 15% y un 20% de incremento. Si el crecimiento es mayor, probablemente se trata de un puesto muy por encima de la experiencia que se tiene en el actual.


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