Ser corrector de textos es un trabajo que abarca varios aspectos alrededor de la redacción y presentación formal de todo tipo de escritos.
Básicamente consiste en dar la forma final a un texto. Esto incluye la corrección ortotipográfica. Es decir, subsanar los errores que se hayan cometido en materia de ortografía y del uso de convenciones establecidas para la escritura de cualquier lengua. Una de ellas, por ejemplo, es que el punto debe seguir sin espacio a la última letra de la palabra que lo precede.
Esta profesión se encarga también de ajustar el uso del lenguaje de cualquier texto al público que lo va a leer. Y también que el mensaje que transmita sea siempre claro.
Se trata de una profesión necesaria en cualquier ámbito que tenga relación con la palabra escrita. Porque nadie se salva de las erratas.
Los profesionales que se dedican a la corrección de textos tienen tres funciones principales:
En cualquier caso, un corrector de textos es un profesional especialista en el uso del lenguaje, tanto de sus aspectos formales, como comunicativos.
La corrección de textos es una profesión para la que debes estar especializado. Se deben conocer no solo las normas de uso de la gramática y la sintaxis; sino también las de estilo. Y estas últimas dependen no solo del tipo de texto, sino también del público al que va dirigido y el formato en el que se encuentre. Por tanto, la formación que necesitas es bastante precisa.
El primer paso es contar con una carrera universitaria. Preferiblemente a través del Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales. Las carreras preferidas son el Grado en Filología Hispánica o Clásica y el Grado en Comunicación. Pero también puedes optar por el Grado en Humanidades, por cualquier otra filología o por Traducción e Interpretación, entre otras carreras de Humanidades.
Una vez que hayas superado la carrera, lo más conveniente es cursar un máster.
Estos profesionales pueden trabajar para todo tipo de editoriales, desde las que se dedican a la producción de textos impresos como las que incluyen también textos en formato electrónico. También en todo tipo de negocios cuyas actividades incluyan el uso del lenguaje escrito, como empresas de publicidad.
Desde hace unos años, sin embargo, muchos de estos negocios, incluidas las editoriales, han preferido no contar con estos profesionales en su plantilla. De ahí que actualmente sea una profesión de carácter mayoritariamente free-lance.
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17 de febrero de 2022