El método Loci es una de las más antiguas técnicas mnemotécnicas. Su nombre proviene del latín loci, que significa «lugares». También se le conoce por otros nombres, como «método de los palacios» o «palacios de la memoria».
La más antigua referencia que se tiene de este método proviene de Cicerón, el gran jurista y orador romano del siglo I antes de Cristo. Él dejó constancia de que el poeta griego Simónides, del siglo V antes de Cristo, lo utilizó por primera vez cuando fue invitado a dar un recital. El poeta tuvo que abandonar el palacio y en ese momento, el edificio se derrumbó. Los cuerpos habían quedado irreconocibles, pero Simónides se dio cuenta de que podía recordar el lugar exacto que había ocupado cada invitado. De este modo, pudo ayudar a las familias a recuperar los cadáveres de sus familiares.
El funcionamiento básico del método Loci se basa en la asociación. Se trata de vincular los conceptos o ideas a recordar a espacios concretos. Mientras se transita mentalmente ese espacio, se va recuperando la información. A través de la relación entre el espacio y los contenidos. De este modo se convierte en una de las técnicas de estudio más útiles.
La base neurocientífica de este método descansa en el hipocampo. Es la región del cerebro relacionada con la memoria y lo espacial. Al crear y recordar un espacio, se pueden recuperar mediante asociación los objetos que había en él. Si se sustituyen los objetos por información, el resultado es el mismo. Cada parte de ese espacio se asocia a una serie de datos que se rescatan de la memoria al visualizarlo.
Para sacarle todo el partido al método Loci solo tienes que seguir unos sencillos pasos:
Puedes utilizar este método de forma complementaria a otras técnicas, como las flashcards.
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