Los procuradores son una de las figuras centrales en los procesos legales. Actúan en la mayoría de ellos junto a los abogados. Pero sus funciones no son las mismas.
Su misión es representar a su cliente ante el juzgado. No defiende su causa como el abogado. Es un intermediario entre la administración de justicia y el demandante o acusado.
Se encarga de recibir las notificaciones del procedimiento. También presenta los escritos necesarios al juzgado. Aunque estos los redacte al abogado. Y debe estar presente en la parte oral del juicio. Si no lo hiciera, aunque el cliente estuviera en la sala, se consideraría como no comparecido.
Para poder realizar todas estas funciones, necesita que el cliente le otorgue poderes de representación. En general es un mero trámite llamado «comparecencia apud acta». Es gratuito, pero debe realizarse dentro del plazo que marca el juzgado.
Estos profesionales son indispensables en prácticamente todos los juicios de carácter civil. También en todos los procedimientos penales por parte de la persona que denuncia si es perjudicada. Si se trata de la persona denunciada, el procurador será necesario solo al iniciarse el juicio oral. En los procesos contra la Administración, los contenciosos-administrativos, son imprescindibles cuando el juicio se haga ante un órgano colegiado. Y también si el importe del juicio es mayor de 30.000 €.
Como los abogados, los procuradores deben haber finalizado el Grado en Derecho.
Debido a sus funciones de representación del cliente frente al juzgado deben estar especializados en derecho procesal a través de un máster. Los graduados en derecho después del 31 de octubre de 2013 deberán realizar un máster que les habilite para acceder a la profesión. Y posteriormente superar una prueba de aptitud.
Para mejorar tu especialización puedes realizar diferentes estudios de posgrado. Como por ejemplo un máster en mediación. Incluso cursos especializados en las diferentes ramas del derecho.
Una vez finalizada tu formación deberás ser miembro del Colegio de Procuradores. Deberás inscribirte en la provincia o la ciudad en la que quieras ejercer.
La mayor parte de los procuradores son trabajadores independientes. Esto significa que una vez colegiado, deberás tramitar tu alta de autónomo. Y debido a las características de la profesión, contratar también un seguro de responsabilidad civil. A pesar de ser un trabajador autónomo, los honorarios están regulados por ley. Dependerán del volumen de trabajo, pero no pueden establecerse arbitrariamente.
Como los procuradores trabajan estrechamente con los abogados también pueden integrarse en un bufete. En este caso llevarás solo los casos que admita la empresa. Tiene la ventaja de que conocerás de primera mano las necesidades del cliente. Y los detalles del proceso. Te será más fácil tener toda la información, pero tu carga de trabajo será la que te dé el despacho.
Puedes también integrarte en una red de profesionales. Con la ventaja de llegar no solo a los clientes, sino también a otros profesionales del derecho. Incluso a empresas.
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2 de diciembre de 2021