Para acceder a este tipo de oposiciones se suelen exigir requisitos especiales, que tienen que ver con características determinadas. No son accesibles para todo el mundo. Por ejemplo, debes tener una altura mínima. Normalmente se pide 1,65 metros de altura para hombres y 1,60 metros para mujeres, aunque no siempre es una condición indispensable, como ocurre desde hace tiempo con el cuerpo de bomberos.
En general, también se restringe el acceso a personas con limitaciones físicas o psíquicas que sean incompatibles con el desempeño de las funciones propias de cada cuerpo.
La edad también es importante en muchos casos. Es necesario haber cumplido como mínimo los 16 años y un máximo que puede ir desde los 41, como se exige para ser Guardia Civil, o lo que ocurre en la mayoría, no superar la edad de jubilación.
Otro motivo de exclusión puede ser padecer determinadas patologías como hipertensión, úlcera gastro-duodenal, asma bronquial. En caso de tener este tipo de enfermedades no es posible presentarse a los exámenes ,ya que una de las pruebas consiste en superar un reconocimiento médico que garantice que no se sufre ninguna de las enfermedades excluyentes.
Para superar las pruebas físicas se establecen diferentes baremos para hombres y mujeres, teniendo en cuenta que en ningún momento se rebajan los estándares de calidad del servicio. Mujeres y hombres tienen diferencias físicas y anatómicas.
Los hombres tienen de media un cuerpo más grande, pesan más y son más altos, por lo que es necesario que existan pruebas diferenciadas. En caso contrario, se podría producir una escasa representación de mujeres, añadida a la que ya existe por ser profesiones tradicionalmente masculinas.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en el cuerpo de bomberos. De un total de 20.041 bomberos en toda España, solo hay 168 mujeres (menos del 1%).
Las pruebas físicas en estas oposiciones constituyen el quebradero de cabeza de muchos opositores. Muchas de las pruebas son excluyentes, por lo tanto es importante prepararlas tanto como las pruebas sobre el temario o los test psicotécnicos.
Las pruebas físicas constan de ejercicios que evalúan el estado físico, tanto del tren superior como del inferior del cuerpo. Las pruebas de agilidad también son habituales. Pero las que se repiten en casi todos los exámenes son saltar, correr, el levantamiento de peso, natación, flexiones. A las que se añaden las más exigentes a nivel físico, las de bomberos, con la clásica de subir la cuerda, barra de equilibrio o una prueba de claustrofobia.
Entre las policías autonómicas, como la Ertzaintza o los Mossos d’esquadra, es habitual tener que superar pruebas de course navette, que evalúa la resistencia respiratoria.
Las profesiones para las que se piden pruebas físicas en los exámenes de oposiciones son fundamentalmente para las fuerzas y cuerpos de seguridad.
A nivel estatal las constituyen la Policía Nacional y la Guardia Civil que dependen del Ministerio de Interior. A nivel autonómico, hay cuatro comunidades que han creado sus propias policías (Ertzaintza, Mossos d’Esquadra, Policía Foral de Navarra y Policía Canaria). En cuanto a los municipios está la policía local.
Los agentes forestales dependen de las comunidades autónomas y también son necesarias pruebas físicas para ingresar en el ejército. Entre las más duras están las de los bomberos, que no son fuerzas de seguridad del estado si no cuerpos de servicios especiales.
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24 de septiembre de 2024