Una vez que hemos pasado a la fase de la entrevista personal, las probabilidades de trabajar se disparan. Es el punto para no flaquear y demostrar todas nuestras capacidades y virtudes, hacer necesaria nuestra contratación a ojos del seleccionador y demostrar que somos el candidato que está buscando.
Aunque hacer una entrevista no nos asegura que vayamos a conseguir finalmente el trabajo, conocer estos cinco elementos clave puede ayudarnos a preparar mejor el encuentro y presentarnos con un mayor nivel de confianza y seguridad:
Si antes de hacer un viaje consultas guías y webs sobre el lugar que quieres visitar, ¿por qué acudir a una entrevista de trabajo sin saber casi ni el nombre de la empresa? Aunque no te lo creas, existe un elevado porcentaje de candidatos que se presentan sin saber nada de la compañía que les está reclutando. Si acudes a ciegas no sabrás si realmente te interesa ese puesto y el entrevistador se lo tomará como falta de interés. Por eso, antes de acudir a la entrevista es importante que averigües todo lo que puedas sobre la compañía.
En una entrevista de selección se suelen hacer preguntas sobre tres aspectos: el área personal, la formación y la experiencia profesional. Haz un repaso general a todos los aspectos relacionados con estas áreas que puedan ser de interés para el puesto de trabajo y para la empresa que lo oferta, así como posibles aclaraciones sobre tu historial.
Lo ideal es llegar cinco o diez minutos antes de la hora acordada para la entrevista. Si te desplazas en coche, infórmate sobre el tráfico y las condiciones de aparcamiento en la zona, y si vas en transporte público asegúrate de conocer bien el trayecto. Sal de casa con tiempo. Si a pesar de todo te surge un imprevisto que te impide llegar, ten a mano el teléfono de la compañía y llama para avisar del retraso.
Si, como suele decirse, la primera impresión es la que cuenta, buena parte de nuestras posibilidades de éxito en una prueba de selección de personal parten de la indumentaria que vistamos. Como norma general, conviene apostar por ropa cómoda, discreta y elegante. Nada de maquillajes, adornos excesivos ni perfumes fuertes.
No se trata de aburrir al entrevistador contándole toda nuestra vida, pero tampoco podemos pasarnos toda la entrevista callados, respondiendo con monosílabos. Sé preciso, prepárate un resumen donde des prioridad a tus puntos fuertes, pero sin caer en la arrogancia. Y ten cuidado con los gestos y los tics, que pueden transmitir una imagen de nerviosismo e inseguridad.
Al final de la entrevista los reclutadores suelen dar la oportunidad de preguntar dudas o realizar comentarios. No tengas miedo de preguntar. Es algo que gusta mucho a los entrevistadores y parecerás más motivado. Aprovecha para preguntar datos más precisos del puesto que ofertan y sobre el tiempo que tardarán en elegir al candidato.
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20 de diciembre de 2022